Allí donde solíamos gritar

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¿A ϙᴜᴇ ɴᴏ ꜱᴀʙᴇꜱ ᴅᴏɴᴅᴇ ʜᴇ ᴠᴜᴇʟᴛᴏ ʜᴏʏ?
Dᴏɴᴅᴇ ꜱᴏʟíᴀᴍᴏꜱ ɢʀɪᴛᴀʀ
Dɪᴇᴢ ᴀñᴏꜱ ᴀɴᴛᴇꜱ ᴅᴇ ᴇꜱᴛᴇ ᴀʜᴏʀᴀ ꜱɪɴ ᴇᴅᴀᴅ
Aúɴ ᴠɪᴠᴇ ᴇʟ ᴍᴏɴꜱᴛʀᴜᴏ ʏ ᴀúɴ ɴᴏ ʜᴀʏ ᴘᴀᴢ

[...]

Y ᴀúɴ ʜᴏʏ
Sᴇ ᴇꜱᴄᴀᴘᴀ ᴀ ᴍɪ ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ
Pʀᴏʙʟᴇᴍᴀ ʏ ꜱᴏʟᴜᴄɪóɴ
Y ᴇꜱ ϙᴜᴇ ᴇʟ ɢʀɪᴛᴏ ꜱɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴀᴄᴇᴄʜᴀ
Eꜱ ʟᴀ ʀᴇꜱᴘᴜᴇꜱᴛᴀ

Y ᴀúɴ ʜᴏʏ
Sóʟᴏ ᴇʟ ɢʀɪᴛᴏ ʏ ʟᴀ ғɪᴄᴄɪóɴ
Cᴏɴꜱɪɢᴜᴇɴ ᴀᴘᴀɢᴀʀ
Lᴀꜱ ʟᴜᴄᴇꜱ ᴅᴇ ᴍɪ ɴᴇɢʀᴀ ᴀʟᴇʀᴛᴀ

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— ¿Se puede saber qué te pasa? No has parado quieto en toda la mañana.

— He quedado.

Contesté a Alfred, sacándome uno de los dedos que me había llevado a la boca para mordisquear la uña. El catalán se giró hacia mí, con la fuente a rebosar de macarrones en las manos.

— ¿Con quién?

— Con Emma.

Alfred arqueó una ceja, posando la fuente sobre la mesa y cruzándose de brazos.

— ¿Y eso?

Suspiré derrotado y me senté en la silla, dando pequeños golpes con el tenedor en la mesa y pensando cómo decir aquello.

— He visto a Agoney.

— ¿Cómo? — El tono de Alfred sonó desesperado y tomó asiento junto a mí, observandome con los ojos bien abiertos. — ¿Dónde? ¿Te ha dicho algo?

— No, no. No nos llegamos a cruzar. — Mordisqueé mi labio inferior, levantando la mirada hacia el chico. — Da un concierto este viernes.

— Y quieres ir.

— Y voy a ir.

— Raoul...

— Alfred, no quería contártelo porque sabía que ibas a estar en contra. Pero necesito ir, entiéndeme. Estoy recuperado, quiero saber qué ha sido de su vida, necesito saber que está bien.

El moreno se levantó y caminó por la cocina hasta que se paró frente a una de las ventanas. Yo me acerqué a él y puse mis manos alrededor de su cintura, abrazándole.

— Me has cuidado durante 10 años. Quiero buscar la paz por mí solo ahora.

Un nuevo suspiro escapó de los labios de Alfred y se giró, clavando su mirada en mis ojos.

— Lo entiendo.

Sonreí levemente y le acaricié la mejilla, invitándole a sentarse para disfrutar de la comida.

— Cuando vi el cartel, llamé a Emma, esperando que me lo cogiera. Antes de entrar a la clínica la vi, pero no fui capaz de acercarme. — El catalán me miraba mientras comía, atento a lo que contaba. — Me preocupé mucho cuando desapareció de repente, sin dar explicaciones. Justo habíamos discutido y fue horrible vivir con esa agonía.

— Es normal. A mí me sorprendió dejar de verla, pero se comenzó a expandir el rumor de que se había quedado embarazada.

Mi tenedor cayó sobre el plato haciendo un fuerte ruido y miré a Alfred incrédulo.

— ¿Embarazada?

— Sí, bueno... Ya sabes, son habladurías. Quién mejor que la misma Emma para que te cuente todo.

1999 (o cómo generar incendios de nieve) | Ragoneyजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें