Capitulo 4- No puedo parar de pensar en ti.

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Y vuelta a la rutina. De nuevo lunes y la alarma sonaba, como habitualmente, a las 7;30 de la mañana. Mis clases, por suerte, empezaban a las 9 y tendría una hora y media para planificar mi día y para, sobretodo, asimilar mi dramática vida. Por suerte ya estaba más calmada, después del shock del beso de Noah estuve dando vueltas por los jardines de la facultad, necesitaba respirar, necesitaba aclarar ideas. Ahora mismo no sabía en qué punto estaba mi relación con Noah, estaba claro que él sentía algo más por mí pero, ¿Por qué estropear nuestra magnifica relación? era lo que más me molestaba, o quizá era, el hecho de que gracias a ese beso me estaba dando cuenta de que yo también había estado sintiendo cosas por él durante todo este tiempo. Una parte de mí quería verle, hablar las cosas, intentar solucionarlo todo y dejar atrás el beso. Otra parte de mí sabía que eso no iba a pasar, ya nada sería como antes, y quería huir, huir de él durante un tiempo, que las cosas se enfriasen y después quizá volver a retomar nuestra amistad. 

Salí de la cama y me puse la bata que me mandó mi madre hacía tres semanas, era tan calentita, parecía que un oso gigante me estaba abrazando todo el tiempo. Blanca seguía dormida, ella siempre se levantaba justo 30 minutos antes de ir a clase. Miré el móvil, y tenía 10 llamadas perdidas de Noah y millones de mensajes que no iba a leer, al menos ahora no. Cogí del armario unas mayas, una sudadera calentita y una chaqueta vaquera, los dejé encima de la cama y me dirigí al baño a lavarme los dientes y la cara. Justo al salir de la habitación me topé de bruces con Lisa, no sabía exactamente qué estaba haciendo ahí, su habitación estaba en la primera planta y esta era la tercera. Ella se dirigía a toda prisa hacía mi, su mirada desprendía ira y reproche. 

-¿Qué coño le has hecho a Noa?-Decía mientras se paraba delante de mí y cruzaba los brazos.

¿QUÉ? Me quedé alucinada, ¿Qué sabía ella de Noah y de mí? ¿Y qué tenía que venir a recriminarme? Apenas la conocía de nada. Me quedé allí de pie sin saber qué contestar. 

-¡CONTESTA!- Gritaba.

Oficialmente no la soportaba, era la persona más entrometida y maleducada que había conocido nunca. Quería que desapareciera de mi vista. No tenía que darle explicaciones de nada, ella no era nadie para mí, no se las merecía. Así que me aparté a un lado y seguí caminando. Pensé que pillaría la indirecta y se marcharía pero no, resulta que también era cansina e insistente. Andaba más rápido y se colocaba delante de mí, bloqueandome el paso. ¿La habría mandado Noah para fastidiarme? 

-Lisa déjame en paz. No eres nadie para meterte en mi vida y menos en mi relación con Noah.- Dije con un tono cansado y enfadado a la vez.

-Creo que sí que lo soy. Soy novia de Noah y tengo derecho a saber porqué mi novio ayer me llamó muy alterado diciendo que os habíais peleado.- Insistía ella. 

¿Novia de quién? ¿Que la llamó ayer para decirle qué? Estaba flipando, no daba crédito a lo que acaba de escuchar. ¿Noah estaba saliendo con ella? ¿Después de besarme ayer? ¿A qué estaba jugando? El que proclamaba en voz alta y orgulloso que no todos los tíos eran iguales, que él no era como todos, que tenía sólo ojos para una chica y que si se pillaba de alguien le entregaba su corazón al completo. JÁ. Menudo mentiroso. No entendía nada. ¿Por qué me diría que no le gustaba Lisa si le iba a pedir salir? De pronto mi móvil empezó a sonar, era de nuevo la alarma. Ya eran las 8 y tenía que vestirme, coger los libros e ir a desayunar. Así que dejé a Lisa con la palabra en la boca, y fui corriendo al baño. Notaba como una punzaba en mi garganta que me impedía tragar e incluso respirar. Me lavé la cara y me senté a respirar. No sabía que me estaba dando más angustia, el saber que Noah, mi mejor amigo, me había mentido, o saber que el beso de Noah, el chico que me estaba empezando a gustar, era mentira. De pronto no se si fue el calor que desprendían las duchas del baño, el hecho de que no había desayunado aún, ni cenado la noche anterior, o todos los pensamientos agolpados que me estaban viniendo a la cabeza, lo que provocó que mis ojos empezasen a ver borrosos y todo me diese vueltas. 

Y de nuevo tú- Joe Jonas. {PAUSADA}Where stories live. Discover now