Capítulo 5- Que todo vuelva a ser como antes.

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Allí estábamos, uno frente al otro. Me agarraba fuerte la manga la de sudadera, y me frotaba las manos por las piernas. La situación se estaba volviendo algo incómoda, no sé porque todo esto tenía que estar pasando. Yo estaba bien en mi relación de amistad extraña con Noah, nunca habíamos tenido una situación tan incómoda entre nosotros dos ¿Por qué lo hemos tenido que estropear? Nos habíamos pasado 5 minutos en silencio desde aquella maldita frase. 'No paro de pensar en tí', ¿Por qué Noah? ¿Por qué me haces esto? Él miraba la bebida de la mesa, mientras jugueteaba nervioso con la servilleta. Decidí decir algo. 

-Noah.- Hice una pausa para aclarar mi mente y poner en orden mis palabras.- Te quiero muchísimo, y creo que...-Pausa.- Sí podría a llegar a sentir algo por tí, pero no estoy preparada. Ahora no. Es difícil para mí. Sé que soy injusta al decirte esto, pero quiero que todo vuelva a ser como antes, te necesito cómo amigo.- Le agarré la mano y le sonreí.- Al menos por ahora.- Dije mirándole a los ojos. 

Podía ver la decepción en sus ojos, podía ver como se le pasaban mil cosas por la cabeza, cómo quería decir otras mil. Pero se limitó a apretar mi mano y a sonreír. Ese era Noah, siempre me entendía, siempre intentaba ponerse en mi lugar, y siempre estaba dispuesto a esperar. Esperó a que estuviese preparada para salir al mundo cuando llegué a la universidad y sólo estaba encerrada en mí, esperó cuando tenía que presentar un trabajo a la clase y me pasé toda la mañana vomitando en el baño. Siempre iba a estar ahí para mí. Y yo para él. 

De pronto su actitud cambió por completo, volvía a ser el Noah pesado e impertinente de siempre. No para de bromear acerca de lo patosa que era, ¿Cómo alguien se cae en el baño y acaba en el hospital? Y tenía razón, es de locos. Mi vida era de locos. Después de comer me dejó en la residencia. De camino a mi habitación no paraba de darle vueltas a la cabeza, no sabía si lo había actuado correctamente con Noah. Quizá con él sería diferente, no todos los chicos son Joe Jonas, no todos me van a partir el corazón ¿No? Fuera como fuese no estaba preparada, ni para Noah, ni para Cole, ni para nadie, estaba bien así. Sólo yo conmigo. Además, dentro de 4 días nos darían las vacaciones de navidad, yo volvería a casa, me centraría en los trabajos que tengo que tengo que entregar a la vuelta, pasaría las fiestas con mi madre y mis amigas, y no estaría con Noah. Quizá ese tiempo, esa distancia, nos venga bien para que las cosas entre nosotros vuelvan a la normalidad. 

De pronto me encontré en la puerta de mi habitación, busqué la llave por el bolso. Notaba como algunas chicas me miraban con cara extraña, e incluso soltaban alguna carcajada, y recordé que tenía todavía el pijamas y la sudadera de Noah. Me apresuré a buscar la llave, la metí, entré rápidamente y cerré de un portazo. Me quede detrás de la puerta un rato, cerré los ojos y respiré e inspiré lentamente. Las cosas iban a volver a su sitio, todo iba a volver a estar bien. Caminé hacía mi escritorio para soltar el bolso, y vi encima de la mesa una carta. Seguro que era de la facultad, algún royo de la matricula, o quizá sería de la tarjeta de crédito, cogí la carta y me senté en la cama. Al darle la vuelta pude leer: Para Lauren, de Kevin y Danielle. 

La carta se me cayó de las manos. Mi corazón empezó a latir muy rápido. La dramática que llevaba dentro empezó a aflorar, y la parte racional de mí le ordenó que se calmara. Era una simple carta de Danielle y Kevin. ¿A quién quería engañar? Sabía perfectamente lo que era. Reuní fuerzas y la cogí del suelo. La abrí lentamente, y saqué el folleto del interior; 

               'Kevin y Danielle, tienen en honor de invitarte a su boda. La ceremonia tendrá lugar el 15                  de Febrero, a las 12:00 en Los Jardines, San Francisco. Esperamos su confirmación de la                  asistencia. Os queremos" 

Era una invitación preciosa, tenía remates en color rosa pastel y un fondo precioso de flores, seguro que el diseño ha sido idea de Danielle, tan refinado tiene que ser cosa de ella. Cogí el sobre para volver a guardar la carta, y dentro había una pequeña tarjeta que no había visto antes. Era rosa, cómo la invitación, venía plegada, la abrí y mis ojos empezaron a encharcarse. Lágrimas de felicidad me recorrían la mejilla y acababan derramándose en la cama. Danielle la había escrito con su propia letra, y decía '¿Querrías ser una de mis damas de honor?' No me podía creer lo que estaba viendo, claro que sí, adoraba a esa mujer, y por supuesto, a Kevin, quería lo mejor para ellos. Y si ambos me querían entre sus damas de honor, pues allí estaría. De pronto una palabra, un nombre, una cara me vinieron a la mente: Joe. Él obviamente estaría allí, lo vería y , no, no estaba preparada. Mi respiración empezó a acelerarse, mis manos empezaron a temblar. Me asomé a la ventana, saqué mi cabeza y tomé aire lentamente. Todavía quedan varios meses, relájate, me repetía una y otra vez. ¿Qué le diría? ¿Qué haría él? ¿Cómo será nuestra primera conversación? ¿Quería hablar con él? ¿Por qué iba a dirigirle la palabra a alguien que me ha ignorado después de decirme que me querría siempre? Mis ojos se volvieron a inundar de lágrimas, y sentía que me faltaba el aire. De pronto mi móvil comenzaba a sonar, una pequeñísima parte de mi tenía una esperanza ciega en que fuese él. Cogí el móvil del bolso, miré la pantalla, pobre ilusa, pensé. Me sequé rápidamente las lágrimas e intenté recobrar el aliento, y me llevé el móvil a la oreja. 

Y de nuevo tú- Joe Jonas. {PAUSADA}Where stories live. Discover now