Capítulo 8- Una vez más.

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Mi pie daba golpes nerviosos en el suelo, mientras que mis dedos tamborileaban en la mesa de la cocina un ritmo casi enfermizo. No sé en qué momento se me había ocurrido aquella magnifica y desastrosa idea. Bueno sí que lo sé, después de las copas de vino que Nick me obligó a beber. En cierto modo todo este lío y el conflicto bélico que estaba por venir no era nada menos que culpa de Nick. Por el amor de dios yo con una copa ya estoy borracha Nick, ¿Qué pretendías? Pobre Nick, no tenía ni idea de lo que estaba por venir. Cómo podréis intuir Noah aceptó ir al infierno si hiciese falta por mí. En cierto modo me sentía fatal, estaba jugando con sus sentimientos, pero él incluso sabiéndolo aceptó, y yo realmente necesitaba un apoyo moral esa noche. Sólo sería una noche, Noah vendría por la tarde, nos arreglaríamos, iríamos a la cena y fin. Él volvería a su casa y yo seguiría encerrada en mi magnifica habitación sin tener que ver al indeseable pasear delante de mí con esa cara arrogante que llevaba todo el día.

Eran las 6 de la tarde cuando mi madre desde la ventana de arriba observó cómo un coche aparcaba en la acera de enfrente y de él salía un chico, exactamente con las mismas características que Noah.

-Ya está aquí.- Mi madre bajaba las escaleras a un ritmo prudentemente rápido. Y se dirigía a la puerta. Mis dedos paraban en seco interrumpiendo la molesta cancioncita que estaban tocando, y saltaba de la silla. Acto seguido y con una carrera digna de corredora olímpica llegaba a la puerta antes que mi madre y la bloqueaba.

-Mamá- Le advertí con el dedo índice en su cara.- No lo agobies.- Dije esas tres palabras de forma muy pausada.

-Por favor... Yo solo quería verlo.- Además soy una madre de lo más guay.- Mi madre se cruzaba de brazos y asentía orgullosa. Mi móvil comenzaba a sonar frenéticamente, Noah oficialmente había llegado.

-Ella tiene razón.- Gritaba Denisse mientras entraba en la cocina con la colada. Dos segundos más tarde salía de la cocina y asomaba su cabeza por las escaleras.- ¡Chicos! El novio de Lauren está aquí.-

-Por favor, sed normales.- Decía mientras ponía los ojos en blanco, respiraba hondo y salía a recibir a Noah. Mientras bajaba los peldaños del porche escuchaba como Nick corría a toda prisa escaleras abajo. Caminé por el paseo de piedras hasta la puerta de la entrada, y allí estaba. Cerraba de un portazo el maletero de su coche, mientras se rascaba nervioso los rizos de la frente. Me acerqué lentamente a él y le di varios golpecitos en la espalda. Noah me abrazaba con muchísima fuerza y me levantaba del suelo. Segundos más tarde me bajaba.

-¿Muy dramático no?- Decía en mi oído.- Teniendo en cuenta que hace tan solo unas horas que no nos vemos.- Su sonrisa nerviosa ya hacía que estuviese más tranquila.

-Se supone que estamos enamorado. Está bien.- Dije riendo.

-Bueno, yo no tengo que fingir nada.- Dijo Noah desafiante.

-Noah, que dijimos de eso, por favor.- Abrí los ojos como platos.

-Era una broma.- Decía mientras levantaba los brazos en señal de rendición.- Estoy un poco nervioso.-

-¿Tú? ¿Nervioso?- Le agarraba de los bordes la camisa y le estiraba.- Noah no sabe qué es estar nervioso. ¿Quién eres tú?-

-Teniendo en cuenta que hay 3 personas mirándome fijamente desde la puerta como si estuviese a punto de enfrentarme al juicio final pues... dime tú.- Dijo un poco tímido.

De pronto volteé la cabeza y vi a mi madre apoyada en el umbral de la puerta mordiéndose las uñas como una frenética, típico de mi madre cuando está nerviosa. Nick en la puerta cruzado de brazos y con el ceño fruncido, Denisse a su lado sonriendo y diciendo algo entre dientes a Nick que lo hizo reír. Les eché una mirada fulminante a los tres, pero teniendo en cuenta la distancia que existía entre nosotros ni la percibirían. Agarré a Noah de la mano y lo arrastré hacía la casa.

Y de nuevo tú- Joe Jonas. {PAUSADA}Där berättelser lever. Upptäck nu