Capítulo 20

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Capítulo 20

A Louis no le importó haberse tenido que pasar algunos semáforos en rojo o excederse en los límites de velocidad mientras conducía hacia la dirección indicada por el moreno.

Sentía su corazón bajar y subir con rudeza, mientras que su cabeza no dejaba de perturbarlo diciendo que era el culpable de lo que supuestamente le estaba pasando a Harry. Él era su médico, y él era el responsable de su salud hasta que la cicatriz hubiese sanado por completo. Si no se hubieran peleado aquella noche, o si tan sólo hubiera sido un poco más profesional y hubiese visitado a Harry a pesar de su situación para asegurarse de que sanara correctamente.

Ahora la culpa lo estaba consumiendo, y el terror de que le pasara algo grave al rizado gracias a su irresponsabilidad profesional era demasiado para al menos nublarle la vista constantemente. Una cicatriz como la que Harry llevaba en el pecho era algo de sumo cuidado y atención, ya que al tratarse de una cicatriz por corazón abierto los riesgos de infecciones o desangres aumentaban.

Llevaba el móvil con el GPS abierto en una mano, mientras que con la otra se encargaba de conducir el auto. Seguía las indicaciones con cautela, desesperado por llegar a donde el rizado y poder atenderlo.

En el asiento de copiloto había una pequeña maleta que contenía sus instrumentos de trabajo y algunos cuantos antibióticos que le podrían ayudar en algunas cosas.

Quería llorar de la desesperación, y nunca en su vida había sentido tanta impotencia como la estaba sintiendo en ese momento. Harry no sólo era un paciente, Harry se había convertido en lo único importante de su vida, y no estaba dispuesto a permitir que a éste le pasara algo malo por su cobardía y orgullo.

Para él el tiempo estaba colgando de un hilo, pero estaba dispuesto a sostenerlo hasta el final.

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El rizado se encontraba en el patio trasero de su departamento, llevaba un cubrebocas grueso que le cubría gran parte del rostro y los guantes de jardinería que solía usar cada que trabajaba.

Tenía que inyectar en cianuro a las rosas en un lugar abierto para evitar que el gas le hiciera algún tipo de daño. Estaba a punto de terminar con las flores, pues Zayn le había advertido que se necesitaban muy pronto.

No podía comprender por qué su amigo se estaba comportando tan inconsciente y se arriesgaba tanto al seguir operando de esa manera. Estaba un poco enojado, pero también sabía perfectamente que no podían seguir quedando mal con ningún cliente, y que era muy importante mantener la reputación que llevaban en el mundo del sicariato.

El hecho de que la policía los estuviese buscando era muy malo, y obviamente perderían muchos clientes que no querrían arriesgarse con ellos, y se irían con personas más discretas. Pero al mismo tiempo Harry veía eso como una especie de salida a ese negocio. Si dejaba de funcionar, ellos no tendrían que seguir manteniendo el negocio, y si dejaban de trabajar así, él podría tener más seguridad para llevar una relación formar con cualquier persona sin miedo a ser rechazado por las obvias y comprensibles razones.

Harry no estaba obligado en ese negocio, y tampoco era su sueño salirse de ese mundo de violencia. Pero Louis había llegado cambiando todo y revolucionando su mente, y sus ganas de vivir la vida.

Terminó con las rosas y se aseguró de dejarlas en orden para la entrega. Eran exactamente 12 rosas rojas de un color muy intenso. Volvió adentro de la casa y dejó el ramo cuidadosamente sobre una mesita que posteriormente tendría que desinfectar para asegurarse de que no quedara nada de cianuro sobre ésta. Se quitó los guantes y los colocó en el mismo lugar. Había estado llamando sin respuesta a Zayn decenas de veces para preguntarle si ya iba en camino, pues no quería estar solo cuando el cliente llegara.

Poisonous Rose (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now