𝙋𝙧𝙤́𝙡𝙤𝙜𝙤.

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EL TRATO.

Nathan sonrió cuando aquellas tres ratas estuvieron frente a él, seguidos por sus hombres altos y por el miedo a morir, se aproximaron a las afueras del callejón

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Nathan sonrió cuando aquellas tres ratas estuvieron frente a él, seguidos por sus hombres altos y por el miedo a morir, se aproximaron a las afueras del callejón. Una camioneta extra esperó detrás de la camioneta de Ed.

ㅡTú, poste de luz ㅡseñaló a Edㅡ, y tú, maldita rata ㅡseñaló a Eddyㅡ; suban a su camioneta, junto a ellos dos.

Uno de los guardaespaldas subió de piloto, y el otro fue a uno de los asientos de atrás. Eddy y Ed se miraron entre sí, y luego de un corto asentimiento entre ellos mismos y Eddward, subieron a la camioneta. Ed tomó asiento cómo copiloto, pasándole la llave al otro hombre, y Eddy pasó al asiento trasero.

ㅡTú no, cielo ㅡle habló, suavemente, a Eddwardㅡ. Tú vienes conmigo.

Doble D, sin decir ni una sola palabra, puso la cabeza en alto y se adentró en la parte trasera de la segunda camioneta, se aproximó a la otra ventana arrastrándose por el asiento y se quedó esperando pacientemente.

Nathan subió a su lado, cerrando la puerta. Los otros dos hombres fueron en la parte delantera. Pasaron junto a la camioneta de Ed y Eddward sólo pudo hacer puños en sus manos. Un suspiro escapó de sus labios, sin poder tranquilizarse aún.

La gente de los alrededores, cómo los vecinos o la gente que estaba caminando por las calles en aquel momento, rezaban por los pobres diablos que estaban en la camioneta de los Dorm. Todos habían oído los gritos de los Eds, e incluso habían oído las palabras que Nathan dió cómo una órden amenazadora hacia ellos, pero nadie se disponía a entrometerse en su camino.

ㅡ¿Se... me permite hablar? ㅡpreguntó Doble D, entrelazando sus manos nerviosas sobre sus muslos.

ㅡClaro, dulzura ㅡel de ojos amarillos le observó con simpatíaㅡ. ¿Qué necesitas?

ㅡ¿Dónde nos están llevando? ㅡpreguntó.

Una pregunta tonta, pero que necesitaba ser contestada.

ㅡA la Gran Mansión Dorm ㅡvolvió a sonreírleㅡ. Es muy probable que estén frente a mi hermano hoy, así que debes ser respetuoso. No alces la voz y no lo mires fijamente ㅡmencionóㅡ. Tiene ojos de víbora, el fuego del mismísimo infierno está ahí dentro. No busques respuestas en otros lugares y, aunque te enojes, jamás le contradigas o lo interrumpas. Por más que quieras salvar a tu hermano, no te involucres; no hagas tratos con él.

ㅡ¿Por qué me dices todo ésto?

ㅡMe caíste bien, así que no quiero que te ocurra nada... no ahora, por lo menos.

ㅡDices ㅡNathan volvió a mirarloㅡ... qué tiene ojos de víbora... pensé que vería a un mafioso, no a una serpiente.

El peliazul abrió la boca y rió fuertemente después; ㅡBuena ésa, pero que ni se te ocurra decir algo cómo éso frente a él.

槍    𝗗𝗘𝗔𝗟  ❚  kevedd.Where stories live. Discover now