EPÍLOGO

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Antes de leer necesito explicaros cosas porque sino no vais a entender nada. Primero, aparecen varios personajes de distintos universos a la vez y por eso en cada nombre he puesto el número de su universo, para que os ubiquéis (por ejemplo Nerea3, Raoul1 etc). Recordad los universos: 

1 - ragoney

2- raoufred

3- uwma 

Vale, y también fijaos en los años de antes de cada escena (sí, Irene, te miro a ti) 

Y creo que ya está, ya podéis leer. 


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—¡Corred, corred, corred! —gritaba Aitana3.

—¿Y qué te crees que hacemos? —le contestó Agoney1, sin mirar atrás.

Se oyó otro rugido, seguido de otra llamarada de fuego, de la cual se salvaron por los pelos.

—No sé si meternos en el bosque es la mejor idea. —dijo Thalía3. —Se va a incendiar por nuestra culpa.

—No soy yo quién está sacando fuego por la boca. —le reprochó Miriam1.

—Seguid corriendo. —les dijo Nerea3, mientras metía la mano en su bolsa para buscar el objeto que necesitaba.

—No podemos correr para siempre. —se quejó Raoul1. —Nerea haz el favor de sacarnos de aquí ya.

—¡Lo estoy intentando! —exclamó ella, mientras seguía buscando.

—¿Lo de la bolsa infinita ya no es tan buena idea, eh? —dijo Amaia3, mientras lanzaba una flecha hacia atrás, intentando frenar a la bestia que los perseguía.

—¡A Hermione le funcionaba!

—Esos libros los escribió una mujer que no tenía ni idea de magia, por favor Nerea. —dijo Alfred3.

—Ya está, ya lo tengo. —dijo la rubia victoriosa, sacando el pequeño espejo de la bolsa.

—¿Y a qué esperas? —la apresuró Raoul2. —No me apetece convertirme en estofado.

Nerea3 agarró el espejo con ambas manos, transmitiéndole la magia necesaria, y cuando empezó a brillar lo tiró al suelo, lo más alejado de ellos que pudo. El pequeño espejo empezó a hacer un torbellino que se iba haciendo grande por segundos mientras se volvía de color azul e irradiaba luz. Cuando dejó de crecer, Nerea3 supo que el portal estaba listo.

—¡Venga, saltad! —les dijo.

Uno a uno todos sus amigos fueron saltando dentro del remolino de luz. Nerea3 se quedó la última para asegurarse de que todos habían entrado y después saltó también, perdiendo de vista ese mundo.

—¡Ay! —exclamó alguien debajo de ella. —Joder Nerea, suerte que eres pequeña.

La rubia salió de encima de Raoul1y miró a su alrededor. Estaban en medio de un bosque, muy parecido al mismo que acababan de dejar atrás, solo que ya no les perseguía nada. Todos sus amigos se estaban levantando poco a poco, sacudiéndose la ropa para quitarse la tierra y hojas que se les habían pegado.

—Vale. —dijo Aitana2. —¿Alguien sabía que ese tío podía convertirse en dragón?

—Os dije que no tocarais nada de su tienda o se iba a enfadar. —les recordó Nerea3.

—Cuando dijiste enfadar no pensé que le fuera a salir fuego por la boca. Literalmente. —dijo Miriam1, levantando una ceja.

—Ya, bueno, yo eso tampoco lo sabía. —admitió Nerea3.

DaylightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora