Capítulo 3

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08:30 pm

Nos encontrábamos en frente de la puerta de nuestros nuevos vecinos.

–¿Que estás esperando? toca la puerta.

–¿Por qué no lo haces tú? – le pregunté a Olivia.

–¿No es obvio? estoy cargando una caja con un pastel – dijo enseñándome la caja.

–Bien, tú ganas – resoplé.

Estaba a punto de tocar la puerta cuando alguien abrió. Era una señora de unos 30 años, se veía bastante joven, llevaba un vestido verde obscuro bastante tallado que le llegaba un poco arriba de la rodilla. Dejaba ver su pequeña cintura y hacía un contraste hermoso con sus ojos color miel. Su cabello negro le llegaba hasta la cintura y tenía los labios perfectamente delineados con un color carmín. Y aunque yo era bastante alta, ella lograba sacarme una cabeza de altura.

–Buenas noches, soy Emily ¿Se les ofrece algo? – preguntó ella.

–Veníamos a darles la bienvenida al pueblo de Pemberton– dijo mi hermana con una sonrisa.

–Pero que amables – una nota de entusiasmo se oyó en su voz – permítanme un segundo, llamaré a mi esposo y a mis hijos –dijo mientras se retiraba.

Al cabo de unos segundos, regresó con su esposo y sus dos hijos, eran algo distintos, pero había algo que tenían en común y que llamó mi atención; un tatuaje de dos flechas paralelas en la parte de la clavícula.

–Él es mi esposo, Derek – señaló a un hombre de unos 30 años, el cual iba vestido con una camisa formal de color negro que favorecía sus ojos color azul y su cabello color café, aunque podían verse algunas partes color blanco – producto de la edad, supongo – Su mandíbula era de forma triangular y con un poco de barba, tenía unas pequeñas arrugas debajo de los ojos, las cuales se hicieron notar cuando sonrió.

–Un gusto, gracias por tomarse el tiempo de darnos la bienvenida, apreciamos mucho el gesto.

–Y ellos son mis hijos Atwood y Jack – volvió a hablar la mujer señalando a dos jóvenes.

–Hey, soy Jack – el primer chico hizo un gesto con la cabeza. Tenía una camiseta color negro y letras blancas en la parte de en frente, jeans azul marino y zapatos negros. Su cabello era castaño al principio y el resto estaba pintado de rubio. Tenía un pequeño copete igual que su padre, con la diferencia de unos pequeños rizos en las puntas y pude observar un pequeño lunar en la mejilla. También poseía unos hermosos ojos azules.

–Soy Atwood – sonrió. El segundo chico llevaba un jersey color gris, pantalones de pijama del mismo color y pantuflas color café; su cabello era castaño natural, más corto que el de su hermano y tenía ojos color miel iguales a los míos.

–Encantados de conocerlos a todos – dijo mi padre – Ella es mi esposa Bonnie – mamá sonrió.

–Yo soy Olivia, y ella es mi hermana Bella – interrumpió mi hermana, dándoles la mano, sonriendo.

–Un g-gusto conocerlos, si necesitan algo... a-aquí estamos – dije torpemente. Jack intentó reprimir una risa ante mi saludo fallido.

Nos estás convirtiendo en una burla, ya cállate.

–Les trajimos un pastel – dijo mamá a la vez que Olivia entregaba el pastel.

–Oh, no era necesario, pero muchas gracias – Emily sonrió.

–Bueno, tenemos que retirarnos, esperamos que les guste el pueblo tanto como a nosotros – dijo papá.

Al regresar a casa me dirigí a mi habitación y cerré la puerta con seguro detrás de mí. – Dios, que vergonzoso fue eso – pero... dejando de lado mi torpeza y mi disgusto recordé que algo llamó mi atención: ¿Qué era ese tatuaje? ¿Qué significaba? Probablemente era solo algo familiar; ¡Agh! tenía que dejar de pensar cosas sobre los demás.

Lazos OscurosWhere stories live. Discover now