Capítulo 7

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JACK SCOTT

El despertador sonó y me removí en mi cama para apagarlo. A veces solo quería quedarme en mi cama y descansar. Restregué con mis manos mis ojos con la vista aún borrosa por los rayos del sol que pegaban directamente en mi cara.

Debía poner cortinas.

Me dirigí al baño a lavar mi cara y cepillarme los dientes para después bajar a la cocina a desayunar. Mamá y papá estaban en la mesa leyendo el periódico como de costumbre.

Me serví un plato de leche con cereal y una taza de café y empecé a desayunar.

Decidimos no ir a la escuela hoy. Gracias a mi hermano, apenas habíamos llegado y ya éramos el tema principal en el pueblo.

–Buenos días, cielo – la escuché decir.

–Buenos días, mamá – respondí con una sonrisa.

–¿Dónde estuviste después del entierro? – preguntó.

–Me quedé caminando por el bosque –mentí.

–¿Piensas mentirme a mí? – dijo con un tono de ironía.

–Bien. Estuve con Bella, la vecina de en frente – confesé – empezó a llover y necesitaba que la acompañaran a su casa.

–Perfecto – dijo papá mientras ponía el periódico sobre la mesa – porque necesitamos que empiecen a relacionarse con esa familia.

–¿Eh? – dije algo confundido.

–Jack, ¿sabes a lo que venimos?

–Sí, lo sé, pero no entiendo porque...

–Es una de nosotros – interrumpió papá.

¿Qué?

–¿Están seguros? ella ni siquiera tiene la marca.

–Lo sabemos, los hemos estado observando, tanto sus padres como su hermana la tienen, pero ella no, o al menos no en el mismo lugar. Por eso necesitamos que te acerques, necesitamos confirmar si la tiene o no para dejarla fuera de esto – explicó mamá.

–Bien – bufé mirando a papá – pero si no la tiene, la dejas al margen, ¿trato?

–Trato – dijo él.

Regresé a mi habitación para ducharme, cambiar mi ropa y salí a caminar.

Saqué un cigarro de mi bolsillo, lo encendí y di una calada. ¿Cómo era posible que su familia tuviera la marca y ella no? Llevo haciendo esto desde que tengo memoria y nunca había visto algo como eso. Tenía mis sospechas desde que sentí algo raro la vez que la vi, pero nada que fuera grave.

Era imposible que ella fuese una de ellos, estaba tan llena de bondad, inocencia y alegría, podía sentirlo.

Recuerdo la primera vez que la vi, en la puerta de nuestra casa sin decir ni una sola palabra, jugando con sus dedos y ligeramente sonrojada. Se veía tan patética, pero a la vez tan adorable. Lo perfecta que se veía con su cabello mojado entre la lluvia y riendo a carcajadas cuando me tropezaba. Y sus ojos, sus ojos eran increíblemente hermosos al igual que su sonrisa y capaces de transportarte a otro mundo solo con una pequeña mirada, nunca había visto o sentido algo así.

Dios, que cursi había sonado eso. Solo me faltaba vomitar arcoíris.

Pero tenía que sacarme esa duda de la cabeza y empezar a idear un plan para acercarme más a ella.

Lazos OscurosWhere stories live. Discover now