UNA BESTIA Y DOS HADAS

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Adela llevaba cuidando a Bella bastantes días. Lumiere le había dicho quela dejara, que ya no se recuperaría. Pero ella tenía la esperanza de que si, la respiración de Bella le aseguraba que seguía viva, y le pedía que no la abandonara. Todas las noches le leía Romeo y  Julieta. Aunque ella había llegado a la conclusión de que esa historia no la gustaba nada. Pero sabía que a Bella si, así que tomó un esfuerzo.

-Por favor, no te mueras-le susurró-. Lo siento. Todo es culpa mía. Si yo no hubiera venido hasta aquí...

-Adela, en todos lo años que llevamos aquí, nunca habíamos visto a Bella reírse tanto- le dijo la señora Potts entrando a la habitación.

-¿Porque tiene tantas rosas?- se rió Adela mirando por la ventana mientras que las lágrimas descendían por sus mejillas-¿Por que le gustan tantos?

-Esas no son rosas normales. Cada una de ellas simboliza un año de la vida de Bella- le explicó Din-Don-. Si una de ella es arrancada o muere, habrá pasado un año de la vida de Bella. Pero podía haber escogido cualquier flor, solo que escogió esas. Puede que al final si que le gusten las rosas.

Adela miró a Bella. ¿Realmente le había dejado coger una de esas rosas?¿Las rosas de las que dependía su vida? ¿Por que?

La chica le dio un corto beso en la frente a Bella.

-Por favor- repitió-. Por favor, no te mueras. Te necesito viva.

Una fuerza que ninguno de lo presentes pudo ver levantó a Bella del suelo. Y una luz les obligó a taparse los ojos.

¿De que le sonaba esto a Adela?

Cuando la luz se hizo más soportable a los ojos, vieron de nuevo a Bella en la cama. Pero había algo diferente en ella... volvía a ser humana.

Bella abrió los ojos, unos ojos castaños, al igual que su pelo. Su espalda carecía de alas, pero volvía a ser ella.

Bella se vio tumbada en su cama, con una venda en la mano. Y a Adela junto a ella.

-Losiento- dijo la chica con lágrimas en los ojos mientras se lanzaba a los brazos de Bella, que estaba confusa.

-¿Donde está Sebastián?

-¿Como estas tu?- le preguntó a su vez.

-Bien, supongo. Me duele el brazo y...- Bella se cayó de golpe al ver que su brazo no tenía pelo, y que volvía a ser de su color de siempre

-Es normal, se te cayó un muro encima.

-La única manera de contra restar el hechizo es haciendo que alguien se enamore de mi- murmuró ella.

-Te equivocas, la única manera de contra restar el hechizo es el amor verdadero.

-Pero...

Adela giró la cabeza, y vio como a los demás le pasaba lo mismo que a Bella.

-Din-Don, Din-Don. ¿Realmente soy un humano?- dijo un hombre alto y mayor mirando a otro un poco más bajo y regordete.

-Realmente lo eres, Lumiere- dijo abrazándolo.

-¡Adela! Vuelvo a ser un niño- grito un pequeño niño corriendo a los brazos de Adela-. Mamá, tu también- le dijo a la mujer.

-Así es, cariño- dijo ella cogiéndole para abrazarlo con fuerza

-¿Que has hecho con Sebastián?- volvió a preguntar Bella.

Adela sonrió y miró por la ventana. La nieve se estaba derritiendo ya, y dejaba ver poco a poco el verde césped.

-Lo que se merecía, Bella. 

Una bestia y dos hadasWhere stories live. Discover now