Capítulo 3

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El ángel Alessia se paseaba por la sala, ansiosa

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El ángel Alessia se paseaba por la sala, ansiosa. Tratando de reponerse de la confesión de Lucifer. El asesino de su arcángel.

Pero estaba fallando tremendamente, arrojando todas las cosas de la mesa al suelo, haciendo añicos los jarrones carísimos y antiguos, al igual que las decoraciones de porcelana. Todos, recuerdos sumamente viejos de todas las vidas que había vivido.

Esta era la imagen del ángel de principios, la veladora de la moral humana, e irónicamente la más corrupta.

La idea absurda seguía en su mente, ¿Alessia era su hija?

Había mantenido en secreto su amorío de una noche con Miguel Arcángel ¿Podría ser Alessia el resultado de ello? ¿Miguel había sido capaz de tomar su energía y plantarla en una mortal?

Ella frunció el ceño. Sus recuerdos de Miguel involucraban adoración, admiración y enamoramiento. Él la había idolatrado. ¿Pero tanto como para colocarle su nombre a su hija y no para comunicarle un atentado?

Graciel, el ángel menor designado a acompañar a Alessia se encoge al escuchar el vidrio quebrarse. Más ella no puede contenerse. Queriendo destruir todo en aquel cuarto con la finalidad de sentir paz.

—¡Idiota! —Exclama enojada. —Pudo habérmelo dicho. —Juntos hubiéramos acabado con esos inútiles.

Alessia arroja el último jarrón de vidrio que quedaba ileso, con demasiada furia y confusión en su cuerpo.

Graciel carraspea.

—Señora tal vez él no quería ponerla en peligro...

—¿Ponerme en peligro? ¡Soy un ángel!

Graciel le mira dudoso. —Y él era un arcángel...Recuerde que ella cuenta la ayuda del ángel de la muerte. Y fue Lucifer quien lo aniquiló.

Ella le envía una mirada de muerte que podría petrificar a cualquiera. Tirándose de forma dramática en las baldosas, junto con las piezas destruidas. —No entiendo porque la defienden, no hay nada de especial en ella, solo hasta ahora ha conseguido la magia.

—¿Y es definitivo? ¿El parecido?

El ángel Alessia arruga la nariz en desagrado, levantando una pieza de vidrio y llevándola a la altura de su rostro, donde, gracias a la luz, es capaz de admirar su reflejo.

—Lucifer...ha dicho: "Literalmente idénticas." —Saborea las palabras en su lengua como si fuesen veneno. —La hija de Miguel, El Sello Celestial, y ahora la dueña de toda la magia de los hechiceros en Cevale.

Graciel le mira impresionado.

Apenas y ella le sonríe sin gracia. Pues, la única diferencia es el largo en sus melenas, donde el ángel tiene los rizos cobrizos llegando a su cintura, a diferencia del sello quien porta una cabellera por debajo de los hombros. Entonces, ella toma el pedazo de vidrio afilado y corta su cabello de un solo tajo, dejando caer las hebras naranja a sus piernas mientras Graciel aguanta la respiración en su lugar.

Ángel de Sangre: El Pacto Final ©Where stories live. Discover now