Capítulo 9

57.9K 3.3K 412
                                    

Rafaella.

Me alisto temprano para ir a trabajar.

En Riccardi Ass, nos dedicamos a varias cosas y uno de los rubros más importantes es la fabricación de armas.

Dejo el auto en la entrada del edificio pensando que saldré temprano.

Entro a mi sala de juntas donde ya me está esperando mi equipo de trabajo.

-Muy bien chicos que tenemos para hoy-empiezan a contarme los avances que teníamos para una nueva arma que estamos fabricando.

-La distancia de tiro debe de ser mayor y creo que debemos agregarle una mirilla.-les informo-Las pruebas deben hacerse cuando se concluya toda la construcción. Ajustamos cada detalle que haga falta y estamos listos para vender. El arma la probare yo personalmente.

Ellos anotan las indicaciones que les doy. Nos enfrascamos en diseñar la forma del arma y el nombre que le vamos a poner. Luego hacemos el plan de ventas para nuestros clientes.

-El plan de ventas será enviado a los e-mails de nuestros compradores. También debemos especificar que son de edición ilimitada.-les informo-¡Quien las desee que compre ya!

Todos nuestros clientes compran inmediatamente nuestros productos porque saben que somos los mejores en lo que hacemos.

Soy la clase de jefa que no admite errores, justo por eso tengo a los mejores trabajando a mi lado.

Vuelvo a mi casa a las 9:00 de la noche, he estado casi todo el día en la empresa. Solo quiero un café y dormir plácidamente.

Me acerco al hombre de seguridad para pedirle que se retire. Eso ha sido todo por el día de hoy.

Y me encamino hasta la entrada de mi edificio.

...

Hoy es sábado y tengo que asistir a un evento para el cual me ha llegado una invitación, supuestamente es para relaciones públicas.

Iré con un vestido Ferrer blanco y unas sandalias de tacón del mismo color. Mi cabello levantado en una cola perfecta, estilizando mi cuello de la manera que tanto me gusta.

Me llega a recoger Fabrizio para llevarme hasta el lugar del evento. Es en el campo así que tenemos que salir de la ciudad.

Cuando me despido me dice que lo llame para que me venga a recoger.

Después de una hora estoy caminando entre los invitados con dos vasos de whisky en mi sangre y uno en mi mano.

Un hombre muy guapo de cabello color chocolate se acerca a invitarme a bailar.

-¿Señorita Riccardi, es un placer gozar esta pieza con usted?

-Señor Volkov, para mí también es todo un placer.

Le digo señor por respeto pero considerando su edad diría que es un hombre joven con solo 30 años, además de ser atento y gentil. Lleva puesto un traje negro con corbata michi, la camisa blanca abraza los músculos fuertes y muy bien trabajados.

Su rostro es perfilado, su nariz es recta y su mandíbula afilada, tiene ojos claros, cejas gruesas y su cabello peinado para atrás.

Su familia y la mía tienen una excelente relación por eso tenemos un buen trato. Creo que el respeto es mutuo y la confianza también.

Cuando terminamos de bailar me abro paso entre las personas para ir a tomar otro trago. Den un momento a otro siento un brazo jalarme de manera abrupta guiándome por los pasillos superiores de la casa donde nos encontramos. Es él. Reconozco su espalda.

IMPERIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora