Capítulo 34

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Rafaella.

Es temprano cuando despierto de mis dulces sueños y no encuentro a Máximo en la cama.

Me siento en el borde para motivarme a salir de la cama y me paro a buscarlo en el baño pero tampoco está.

Me lavo la cara con todo mi skincare y al fin puedo sentir que soy una persona limpia.

Bajo las escaleras y puedo escuchar al pelinegro y a su mejor amigo hablando.

-Guapa.-me saluda Renzo.- ¿Cómo amaneció la reina de la casa?-su sonrisa siempre es despampanante.

-Bien.-le respondo.- ¿Tú no tienes casa?-me acerco a dejarle un beso en los labios a mi esposo y uno en la mejilla a su amigo.

-Sí, pero también tengo trabajo y negocios que atender con tu marido aquí presente.-lo señala.- ¿Tú no tienes una boda que planear?-levanta una ceja provocándome.

Todos me presionan con el tema de la boda y yo no sé ni por donde se empieza a planear un maldito matrimonio.

Eso me pone muy ansiosa.

-No. Fíjate que no.-lo digo por molestar al pelinegro.

Voy a la cocina.

-¿Cómo qué no?-pregunta Máximo alzando la voz.

-Ya estamos casados.-me giro para mirarlo.

Se acerca a grandes zancadas y me toma por la cintura.

-Sí, pero tenemos que casarnos de verdad.-frunzo el ceño y él lo entiende muy bien.-Quiero que voluntariamente pongas tu firma en el papel y que celebremos una fiesta tal cual la querías.

-¿Me consentirás?-lo jodo.-Para eso tendríamos que cazarnos en Grecia.-me encojo de hombros sabiendo que eso no pasara porque por obvias razones tenemos que cazarnos en Rusia.

-Grecia entonces.-acepta sin dramas.

-No.-interviene el castaño.-No puedes hacer eso.

-Estoy bromeando.-no me gustaría que descubran lo que consigue Grecia en mí, es un lugar que me trasmite mucha paz y aun no quiero debelar ese secreto.-No me casare allá.

-Eso me parece muy bien.-el castaño aplaude mostrándome su aprobación.

-Si quieres que nos cacemos en Grecia no hay ningún problema, preciosa.-me mira queriendo buscar la verdad en mis ojos.

-Si no es en Rusia que sea en Italia.-me cubro la cara con las palmas de las manos.-No voy a poder con tanto.-lo busco.- ¿Crees que sea muy difícil?-le pregunto.

-Nada es muy difícil para gente como nosotros.-habla con superioridad.

-Busca a alguien que te pueda ayudar.-se mete Renzo.

-¿Una Wedding planner?-desvió mi mirada a otro lugar para aclarar mis pensamientos y chasqueo los dedos.-Eso hare.-me emociono.-Yo de verdad que te quiero.-le sonrió.

Abre los ojos asustado.

-No digas eso delante de él.-señala al sujeto que tengo a mi espalda y me giro a mirarlo, su cara es de pocos amigos por lo que suelto una carcajada.

-A ti te amo.-lo beso en los labios y después les preparo café a los dos mientras se van a hablar al sillón.

Les dejo el café sobre la barra de la cocina y subo a buscar mi teléfono.

Marco el número de Verónica.

-Hola.-me contesta al instante.-Hoy no se trabaja.

-Ya lo sé. Yo puse las reglas.

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