Capítulo 43

50K 2.7K 256
                                    


Máximo.

Mi mujer baja las escaleras envuelta en un vestido negro sensual pero elegante.

La polla se me pone dura cuando la imagino rodeándome con esas preciosas piernas que se carga.

-Estoy lista.-deja un beso sobre mis labios y yo aprovecho para tocarle el culo apretándolo con fuerza mientras suelta una sonrisa.

-Yo estoy listo para follarte.-esta mujer me pone caliente en cuestión de segundos.

-Vamos tarde.-me toma de la mano para salir.

Hoy es cumpleaños de mi abuelo y lo vamos a celebrar en su casa. Todos estamos invitados.

Bajamos el elevador y le robo algunos besos a la hermosa mujer que está a mi lado, cuando llegamos le abro la puerta del Bugatti y tira su cabello para atrás al momento de entrar.

Rodeo el auto para subirme a tomar el volante y salgo derrapando del estacionamiento con tres autos de seguridad siguiéndome atrás.

Mi mano se mueve de manera automática sobre la pierna de mi mujer acariciándola, sin despegar la vista de enfrente y nos abrimos paso entre las calles de Roma.

Cuando llegamos a la mansión descendemos del auto y entramos por la puerta principal.

Mi abuelo se apresura a saludarme con un abrazo.

-Estábamos esperando a que llegaras, hijo.-habla el abuelo que aún no ha pedido que sirvan la comida por estarme esperando.

Tomo a mi más grande tormenta de la mano para presentársela.

-Rafaella Riccardi, mi mujer.-mira atentamente a la mujer que le tiende la mano cortésmente.

Observa su rostro con detenimiento porque su belleza no pasa desapercibida ni aunque lo intente.

-Buenas noches, señor Kuznetsov.-lo saluda y mi abuelo rechaza su mano para rodearla con sus brazos.

La toma por sorpresa pero le devuelve el abrazo al instante.

-Hasta que al fin conozco a la mujer de mi nieto.-siento satisfacción cuando ella le ofrece una sonrisa sincera y mi abuelo le corresponde de la misma manera.

-Para mí también es un placer conocerlo, señor.-le responde educada.

La toma de brazo y empieza a caminar con ella bajo la atenta mirada de todos los presentes en los que ella ni siquiera repara.

Mis padres y mis hermanos se miran entre ellos sin entender lo que está pasando.

No esperaban que la trajera.

-Llámame Adriano.-le pide y ella asiente.-Te presentare a mi esposa.-mi abuela debe estar en la cocina porque caminan en esa dirección.

Mientras tanto papá se acerca a saludarme dando una palmada en mi espalda y yo hago lo mismo, dejándolo atrás, yendo a buscar al abuelo sin saludar a nadie más.

Encuentro a la Riccardi de cuclillas frente a la silla de ruedas de mi abuela mientras ella le coloca un mechón negro de cabello detrás de su oreja.

-Desde ya, eres bienvenida en nuestra familia, Rafaella...-habla con voz baja.

Los ojos verdes claros de la gran matriarca Kuznetsova se encuentran con los míos y sonríe con alegría.

Mi mujer busca a la persona que está detrás de ella y puedo ver que está apunto de soltarse a llorar.

Sus ojos están rojos y eso no me gusta.

No sé qué le habrá dicho mi abuela pero siento que mi pecho se remueve al verla así.

IMPERIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora