CAPITULO IV

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                   CAPÍTULO IV

               Quinto Territorio

El joven duque se alistaba para recibir a uno de sus hermanos mayores, al cuarto para ser exactos. Al poderoso y temido Conde Alexandre, regente del Territorio del Sur.

—Joven, ¿me mandó a llamar? —Carmel hizo una reverencia

—Te dije que no hicieras eso, no me agrada tanta formalidad —frunció el ceño

—Lo siento, es la costumbre —sonrió —se ve muy bien hoy

—¿Como van las cosas con la humana? —se miró al espejo acomodando su camisa

—Bien, Luna es una chica astuta. Creo que no logró intimidarla pero no se quitará la venda

—¿Luna? —la miró

—Ese es su nombre joven

—Es cierto, lo había olvidado —sonrió levemente —vigila de cerca y que no pierda la cordura, quiero que me diga como entró aquí. No quedé satisfecho con su historia

—Como ordene, me retiro

Suspiró con pesadez al quedar solo, observó su reflejo, detestaba tanta formalidad incluso en su vestimenta. Sus ojos claros resaltaban fuera de lo normal, solo podía ser la cercanía del la luna llena. Se frotó levemente los párpados para después salir al gran salón.
Todos reverenciaban a su paso, su expresión siempre era la misma, tan serio y frío aunque su naturaleza fuese lo contrario.

—Hermano, que bien te ves vestido decentemente —fue lo primero que dijo su hermano al verlo

—No puedo decir lo mismo de ti, siempre disfrutaste los lujos —se saludaron con un leve abrazo

—Tengo buen estilo, ya sabes los humanos trabajan en esas cosas

—No lo sé porque no me interesan los humanos —respondió con seriedad

—¿Entonces porque tienes a una en tu palacio?

—¿Es por lo que viniste? —tomaron asiento

—Los rumores se esparcen rápido pero tranquilo, no llegará a oídos de los demás. Vine porque tenía curiosidad —sonrió de lado

—Curiosidad e interés, pero no te la llevarás. Necesito información —expresó con seriedad

—Tranquilo —levantó las manos —encontré otra en las cercanías, también obtendré información

—Y no sólo eso —murmuró para si mismo

Conocía muy bien a su hermano, además era conocido como un gran seductor de mujeres en su territorio y de las que no lo fueran. Siempre alardeaba sobre sus conquistas mientras el Duque solo escuchaba en silencio.

—¿Puedo conocerla?

—¿Porque no? Solo no digas nada fuera de lo normal, tiene los ojos vendados

—¿Tanto recelo en tu territorio? Pero no te juzgo, al parecer terminarás con su vida pronto

—Las bestias llegaron hasta los limites, hay que ser cuidadosos. Lo otro lo decidiré luego —le hizo una seña a un guardia —dile a Carmel que traiga a la chica

—Como ordene —se retiró




Luna, por otro lado...

Por lo que llevaba la cuenta habían pasado cuatro días desde que estaba ahí, Carmel la acompañaba siempre que podía pero no tenía permitido salir de la habitación. No le molestaba ya que tampoco podría ver nada. Lo único que le molestaba eran sus ojos y que pronto perdería la cordura si continuaba así.
Ya conocía la habitación y podía caminar libremente en ella, quiso hacerlo pero perdió el equilibrio con un leve mareo.

EL LLAMADO DE LUNA [TERMINADA]Where stories live. Discover now