CAPITULO X

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                  CAPÍTULO X

Luna despertó con un poderoso hambre como era de esperarse, tomó un baño y cambió rápidamente. A paso apresurado pasó por los pasillos llegando al comedor donde terminaban se servir el desayuno.

—Buenos días su bestialidad —dijo sentándose

—¿Ya no me respetas? —se molestó

—Lo ignoraré porque realmente estoy hambrienta, y alimentarme es lo más importante. Así que agradecería que no me dirija la palabra —comenzó a comer

—Señorita la estuve buscando en su habitación —llamó su atención Carmel

—Buenos días Carmel, ¿porque no desayunas conmigo? —señaló un asiento

—No, no es apropiado. Y ya lo hice en la cocina —sonrió levemente

—Es una pena —miró discretamente a V

—Si me permiten, me retiró

Quedaron solos y en silencio, solo se escuchaba el ruido de los cubiertos.

—¿Como te sientes? —preguntó el joven mirándola

—¿Mi estado te dará alguna información importante? —frunció el ceño

—¿Estas ofendida por lo que dije?

—Fuera de que no me considera una señorita y si una prisionera —pensó un momento —no

—Una verdadera señorita no sería tan descortés

—El hecho de ser “prisionera” lo compensa —lo miró mal —además, creí haber escuchado que no le gustan las mujeres pero esa chica estaba muy cerca, ¿es su novia?

—No, no me gustan las mujeres. De hecho las detesto —bebió un poco de agua

—¿Eres... —se sorprendió cubriéndose la boca

—¿Que?

—¿Eres gay? —intentó no reírse

—¿Que es eso? —frunció el ceño

—¿Te gustan los hombres? —sonrió impulsivamente

—¡Claro que no! —se molestó —solo no me gustan las humanas

—Entiendo —bebió agua para no reírse

—Eres un completo dolor de cabeza —se levantó para irse

Luna sonrió divertida y corrió por detrás para detenerlo.

—Te agradezco por esa “medicina” me siento muy bien. Y... —dudó

—¿Y?

—Dadas las circunstancias creo que deberíamos cambiar un poco las cosas, sino no cumplirá con su palabra —sonrió —comenzamos mal, por eso propongo comenzar de nuevo

—¿Que? —frunció el ceño

—Soy Luna, no pertenecemos al mismo mundo pero espero llevarnos bien. ¿Y tu eres? —extendió su mano ante la expresión confundida del joven —¿eres V? Es un gusto —le tomó la mano para agitarla

—Definitivamente eres un ser muy raro —miró el agarre

—Que importa, desde ahora seremos amigos

—¿Porque tan repentino cambio?

—¿No escuchaste nada de lo que dije? Comenzaremos de nuevo, dejemos el rencor atrás, y lo primero de su parte será, no llamarme prisionera y que esa mujer no regrese aquí

EL LLAMADO DE LUNA [TERMINADA]Where stories live. Discover now