CAPITULO IVX

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CAPÍTULO IVX

Estando en la habitación y luego de un baño pensó en lo que V había dicho en la cena.

—¿Que habrá querido decir? —suspiró

—Que esta noche será solo nuestra —susurró en su oído por detrás

Aquello la sorprendió y estremeció, su cercanía y como había aparecido.

—¿En que momento entraste? —giró para mirarlo

—No subestimes a un ser nocturno —sonrió levemente acercándose a sus labios  —¿quieres acompañarme a un lugar?

—¿A donde? —preguntó con nerviosismo

—Sole ven —la tomó de la mano para salir y entrar a la habitación continúa

—Tu habitación es muy bonita —se sorprendió

—Que bueno que sea de tu agrado —depositó un beso en sus labios

Parpadeó rápidamente para verificar que no fuese un sueño, los ojos de V tenían un brillo y color diferente. Algo encantador

—Dejate querer, Luna. Solo disfruta de esta vida como nunca lo hiciste, sin preocupaciones —acarició sus mejillas

—Solo si me permites cruzar tus muros de soledad —susurró

—Es un hecho

La besó de una forma desesperada, Luna no esperó para corresponder. Sus labios eran tan cálidos y llamativos como ninguno.
Se aferró a su cuello y cintura mientras V la levantaba para conducirla a la cama. Mordió levemente su labio inferior mientras bajaba por su cuello. Los primeros suspiros escapaban sin control y lo mismo sucedió con los gemidos, aquellos inundaron la habitación. La noche se había vestido de pasión y lujuria para ambos, algo casi incontrolable, algo que no pudieron detener por varias horas hasta el amanecer.

Despertó con un poco de molestia en todo su cuerpo hasta que recordó lo sucedido y sonrió ampliamente, V no estaba a su lado pero se levantó a tomar un baño y cambiarse.
Estaba a punto de salir de la habitación cuando V entró y la miró un momento.

—Buenas tardes —la besó —¿como te sientes?

—Muy bien, ¿y tu?

—Mejor que nunca pero no me mientas —acarició su cuello provocando un gesto de dolor

—No lo había notado —se tocó

—Y aquí —tomó su brazo izquierdo —sin mencionar las piernas, lo siento. A veces no controlo mi fuerza

—No importa, estoy bien —se acercó para abrazarlo —tengo hambre

—El almuerzo está listo. Vamos

Al despertar no había notado pero era prácticamente de mediodía, almorzaron juntos y nuevamente no había nadie en el palacio.

—¿Ya se tomaron el día? —preguntó mirando a todos lados

—Si, incluida Carmel. Eres toda mía y no puedes huir —le guiñó un ojo

—Oye... —sonrio avergonzada

Al terminar pasearon por el jardín y algunos lugares del palacio que aún no había visto. Por momentos sentía la mano del chico acariciarla con sensualidad pero lo detenía.

—Controlate, estamos en la biblioteca —lo regañó

—Eres como una llamativa presa indefensa, además sé que tu también lo quieres —susurró lo último en su oído

EL LLAMADO DE LUNA [TERMINADA]Where stories live. Discover now