Capítulo 12

349 191 36
                                    

Él estaba consciente de que provocaba todo eso en mí.
(Uno siempre vuelve a donde lo descolocan, esto también cuenta para los planetas.)

Después de ese día éramos oficialmente novios, todos en la escuela lo sabían y yo estaba bien con eso, Samuel me gustaba y me hacía sentir cómoda, me daba lo que David nunca me iba a dar, estabilidad.

Pero no todo es como lo pintan ni mucho menos es color rosa. Justo el día que cumplíamos una semana juntos Samuel se estaba comportando raro y distante. No era el mismo que días antes. A tal punto que llegué a pensar que yo había hecho algo mal. Comprobé que le pasaba algo cuando me dijo que quería hablar conmigo en el almuerzo.



Ya habíamos salido y me quedé con Mada esperando a que saliera Samuel de su salón. Mientras estábamos ahí ella dijo algo que me dejó un poco mal.



-Kamila, que quede claro que yo estoy de tu lado y que lo que te va a decir Samuel es algo muy infantil y yo no lo apruebo.


-¿Me puedes decir qué pasa? No entiendo nada.


-Habla con él.


Y unos minutos después ya él estaba bajando, Mada nos dejó solos para que pudiéramos hablar mejor.


-A ver, ¿como te digo esto?


Ya me estaba preocupando.


-Primero te voy a aclarar que lo que te voy a decir no es por ti, sino por mi-Lo notaba nervioso- Yo siento que no estoy dando todo de mi en nuestra relación y de verdad quería que funcionara, pero ahora tengo demasiadas cosas en la cabeza y no quiero lastimarte.


Ahí yo comencé a sentirme mal


-¿Eso que significa?


-Que necesito un tiempo porque ahora no estoy preparado para esto.


-¿Quieres un tiempo o quieres que terminemos?-Mientras hablaba noté como mis ojos se aguaron.


No por el hecho de que me estuviera dejando, sino porque esto significaba que alguien más había jugado conmigo, justo cuando comenzaba a ilucionarme y a hacerme ideas con Samuel él se dedicó a destruirlas todas y cada una de ellas.


Volvían a ponerme como segunda opción.


-Quiero terminar-Entonces me miró a los ojos.-Mierda Kamila pero no te pongas así.


-No pasa nada, tranquilo. Esto se acabó.


Entonces él se acercó a mi para abrazarme y lo dejé. Nos despedimos y volví a donde estaba Mada.


-Ven aquí-Dijo eso y extendió sus brazos a donde yo estaba.


Me dió un abrazo de esos que son de verdad, un abrazo con todas las intenciones de reconfortarte. Y entonces lloré, lloré por David, por Samuel y por mi.



-¿Por qué siempre me pasan estas cosas a mi?


-Kam, eres demasiado buena, tanto que te olvidas de ti misma. No vale la pena llorar ahora por lo que ya pasó, aprende que a partir de ahora tienes que ser más fuerte y ponerte siempre en primer lugar.

De la Luna a SaturnoWhere stories live. Discover now