Un amor como el fuego, ardiente pero destinado a extinguirse.
Dejo de ser la belleza de circasia a ser la sultana más poderosa.
Aquella que hizo a todos temblar y pedir perdón de rodillas.
Para el sultán Gaia era " una joya en el palacio"
Y para otr...
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Iskender corrió apenas escucho las malas noticias, al llegar encontró a Esmehan dormida, sus ásperas manos acariciaron su mejilla con delicadeza, no sabía cuando, ni como, solo sabía que se había enamorado de aquella bella mujer.
—Mmm - Esmehan se removió —¿Iskender?
—No te muevas - Esmehan asintió — ¿Como te sientes? Me asuste mucho cuando lo supe.
—Estoy mejor.
—¿Cómo sucedio?
—Me resbale - Iskender alzó una ceja, sabía que había sido Mihrimah pero poco le convenía echarle la culpa a la hija del sultán, inteligente o tonta, eso era. —Quiero preguntarte algo...
—Lo que sea - Iskender tomo su mano, Esmehan la aparto rápidamente.
—Iskender ¿Es cierto que tu me enviaste esos regalos y cartas?
—Así es - Esmehan borro su sonrisa —Me gustas Esmehan.
—Pero a mi no me gustas Iskender, no podría amar a un monstruo como tu, te falta un ojo, eres alguien repugnante, no te quiero - Iskender se levantó rápidamente de ahí, se sintió herido pero más fuerte fue su humillación, sabía que todos murmuraban sobre su ojo, y que le llamaban monstruo, pero oírlo de la persona que amaba era devastador.
—Solo tenías que decir que no, hubiera comprendido, hubiera dejado de molestar, pero acabas de ser cruel Esmehan - salió de ahí rápidamente, una lagrima rodó por su mejilla y con rabia la limpio —Por eso estas así, por mala Esmehan, no te deseo el mal, pero tu vida será terrible.
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