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Damon.

Me muero de ganas de ir a buscarla. Le necesito...

Pero la decisión ya está tomada.

—¿Señor, se encuentra bien?—Habla uno de mis hombres.

La verdad es que no me esfuerzo en aprenderme sus nombres...

Solo me sé los nombres de unos pocos que son los que han estado hace tiempo conmigo.

—Estoy excelente. ¿Acaso me veo mal?

—Para nada... Pero lleva bebiendo desde que la señorita Belinsky se fue.—Apunta la botella de Tequila.

—¿Acaso tengo que darle explicaciones a la servidumbre cuando quiero beber?—Encaro una ceja.

—Akira...

Mi puto pecho empieza a volverse loco cuando escucho ese nombre.

¿Quien se cree él para decir su nombre?

—No digas su nombre.—Abro el cajón de mi escritorio.—¿Acaso tenías algún tipo de confianza con ella?—Saco el arma.

Me levanto de mi silla y me dirijo a él.

Me doy cuenta de que no agacha la mirada. ¿Qué se cree?

Eso es una evidente falta de respeto. Un desafío.

¿Acaso está mierda quiere desafiarme?

—¿Acaso te la follaste?—Coloco la pistola en su barbilla, dispuesto a disparar.—Contesta.

—N-no señor pero...


—Entonces no tienes el jodido derecho de decir su nombre. Ni ahora ni nunca en tu puta vida.—Me acerco más a él.—Espero que por tu bien jamás le hayas tocado un pelo.—Susurro.—Porque si es así lo descubriré. Y te haré lo mismo o incluso peor a lo que le hice Edgar.

Él asiente.

Llevo mi puño que está envolviendo el arma y lo golpeó sangre sale disparada en el aire y el idiota se queja.

—Para que aprendas a bajar la mirada cuando tu superior habla. Tú estás para obedecer no para protestar.—Le recuerdo.—Avísales a los demás. En esta casa nadie la nombrará y el que lo haga. Se le esperará un destino peor al de Edgar.

—Si señor. Lo lamento.—Baja la cabeza.—¿Me puedo retirar?

—Vete.

Sale rápido.

Es hora de que aprendan a respetar.

—¿Puedo pasar?—Pregunta una voz.

—Ya estás adentro.—Ruedo los ojos.

—Deberías parar.—Menciona.

Lo ignoro.

Otro jodido grano en el culo.

—Lo digo en serio. Volverás tu vida una mierda si te vuelves un patético borracho.—Dice marcando las últimas palabras.

—Ten cuidado por como me hablas...—Me dirijo a sentarme nuevamente.—No olvides quien soy ni tu lugar. A mí nadie me da órdenes.

—¿Nadie?—Se burla—¿Estás seguro de eso?

—Cierra la boca.

—¿Acaso olvidas que ella te tenía como su perrito faldero? Hacías lo que ella quería. Yo fui testigo de eso, y muchos de tus hombres también.

—Cállate. Tú estás muerto. ¿Lo olvidas?—Me sirvo otro trago.

Tequila puro.

Sin limón ni sal.

Así me gusta.

—Pues lo que no olvido es que debería estarlo. ¿O acaso olvidas que también le hiciste caso en eso? Admítelo Damon. Ella te dominaba a ti. Y tú dejabas que lo hiciera...

—Tienes razón. Le hacía caso a ella. Pero ella ya no está.—Susurro enojado.— Ya nada me impide matarte. Y joder. Debería matarte ahora mismo porque por tu culpa ella se ha ido.

Él se ríe y niega. Dejando caer la capucha negra que tiene para ocultarse.

—No me culpes. Ella no te quiere. Jodidamente acéptalo. Por eso se fue. Y si se intentó matar no fue solo por mí. Fue por ti. No aguantaba seguir aquí. La tenías contra su voluntad.

—Jódete.—Tomo la botella y la lanzo en su dirección.

Pero el viejo tiene buenos reflejos aún.

Logra bajar la cabeza antes de que le llegue.

—Contrólate hijo.—Susurra preocupado.

Aprieto los dientes.

—¿Es jodido querer a una persona que no te quiere cierto?

Es el único que lo dejo hablarme así.

Y a pesar de cuánto lo este odiando ahora mismo. No puedo matarlo.

No puedo matarlo por mí.

Ni por ella.

No pensé que ella reaccionaria así. Este viejo se supone que se iría para desaparecer. Pero las cosas se complicaron y aquí está.

—En el fondo sabes. Que aunque no estés con ella. Sigues bajo su control. Por eso no me matas ni lo harás.

Niego.

Pero  se que tiene razón...

—La necesito...—Susurro mientras siento que me estoy desmoronando.

—Es una nueva oportunidad. Damon. Puedes hacer las cosas bien. Buscar a alguien que te quiera. Sigue adelante y déjala en paz.—Dice de manera fría.

Si él supiera...

Si supiera lo que siento.

Si supiera que nadie más podría llenar este vacío. Que aunque parezca de película... Siento que jamás podré avanzar.

¿Así se siente el amor?

¿Por qué duele?

Y la pregunta del millón...

¿Por qué lo siento por ella?

Especialmente ella. Que es tan difícil...

¿Por qué?

¿Por qué esto paso tan rápido?

¿Y por qué mierda soy tan débil cuando se trata de ella?

Dominame ✓ [Terminada, primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora