84

18.5K 1.2K 57
                                    

Damon.

—Roco. Naomi quiere ir de compras. La vas a acompañar y cómprale todo lo que pida.—Le paso mi tarjeta.—Tú ocupa la tarjeta. Confío en ti. No se la pases a ella.

—Está bien jefe.

Roco. Uno de mis hombres se encargará de ella. La idea principal de ella era ir a comprar conmigo. Pero yo no estoy para esas mierdas.

Naomi baja corriendo las escaleras.

—¡Amor estoy lista!—Grita.—¿Vamos?

—Iras con Roco. Tengo trabajo que hacer.—Le informo.

—Pero...

—¿Quieres salir si o no?

—Si pero...

—Si no te vas ahora. Roco se aburrirá e irá solo.

—Está bien...—Se acerca a mí y me planta un beso en los labios.

—Lamento interrumpir su sesión de besos.—Una voz nos separa.

—Señor intenté detenerla, pero no pude...

—¿Qué hace ella aquí? Me dijiste que no la verías más.—Susurra Naomi.

Se debe estar muriendo de celos...

Pero intenta parecer calmada. Es fácil de leer.

—¿Me dijiste que no me ibas a prohibir ver a mi hijo cierto?

—No lo haré pero...

—Pero nada. Naomi te prometo que hablaremos de las visitas...—Miento.

No tenía planeado nada de esto.

Va a protestar, pero me obligó a besarla para callarla. O al menos calmarla.

—Estoy comprometido contigo.—Le recuerdo.

No tan voluntariamente. Pero eso me lo guardo para mí.

—Está bien.—Sonríe embobada.—Me voy pero vuelvo pronto.

—Pide lo que quieras. Roco cubrirá los gastos.—Hablo intentando hacer que se vaya.

—Adiós. Amorcito.—Dice mientras se va feliz con Roco.

Se va sin ni siquiera mirar a Akira.

—¿Y Nilo?—Pregunto.

—Ayer te estabas besando conmigo y me decías que te utilizará y que cambiarias por mí. ¿Y ahora juegas a la parejita feliz con ella?—Pregunta cruzando los brazos.

—¿Qué quieres?—Ignoro lo que dijo.

—¿Estás loco?—Pregunta.—Me llenaste la casa con flores. ¿Tu prometida sabe eso?

—¿De qué hablas?—Pregunto confundido.

—No te hagas el idiota. Sé que fuiste tú.

—¿Había una tarjeta que indicara mi nombre?—Pregunto.

—No. Pero...

—Entonces no fui yo. Créeme sabrías si yo te mandara algo así.

—haré como que te creo.—Rueda los ojos.

—No me importa si me crees o no.—Hablo seriamente.

No sentir nada.

Me prometí eso.

Ya no más.

No me sirve de nada seguir con esto.

—Si no tienes más que decir. Vete.—Ordeno.

—¿Quién te crees que eres para echarme?—Pregunta ofendida.

—El dueño de la mansión.

Me mira incrédula.

—Me voy, idiota. Pero no porque me lo digas. Si no porque no soporto verte la cara.—Se da la vuelta y empieza a caminar.

—Detente. Tenemos que hablar de algo.—la detengo y ella se da vuelta para mirarme.

—¿Ahora si quieres hablar?

—No hace falta que vengas más para acá. Acordaré con Lincon para que traiga a mi hijo ciertos días de la semana.—La ignoro nuevamente.

—Es mi hijo. Necesita estar con su madre. No lo dejaré solo...

—Yo soy su padre. Y no estará solo. Estará conmigo y Lincon.

—¿Por qué haces esto? ¿Por qué cambiaste de la noche a la mañana?

—No le agradas a mi prometida.—Miento.

No soporto verte y no tenerte.

Pero eso me lo guardo para mí.

No necesita saber eso.

—Esa perra...

—Los problemas que tengas con ella, procura arreglarlos solo con ella. A mí no me metas. Y si ya no tienes nada más que decir. Te agradecería que te fueras.—Hablo secamente.

—Que poco te duro intentar conquistarme.—Susurra lo suficientemente alto como para escucharlo.

—Tenías razón. En otro universo hubiéramos Sido una gran pareja, pero no estamos en otro universo. Así que deje de perder mi tiempo.—Me encojo de hombros.

Damon...

Borra ese sentimiento. No te permitas sentir...

No puedes.

Ya no más...

—Idiota.

—Adiós Akira.—La despido con una amargura en la garganta.

Dominame ✓ [Terminada, primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora