parte 5. Déjame salir

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DIARIO

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DIARIO

Amelia: Al abrir los ojos, regresé a la realidad y me di cuenta de que estoy encerrada en un cuarto oscuro, con una sola ventana y sin compañía. Estoy sola en este lugar espantoso, preguntándome cómo había llegado hasta aquí. ¿Por qué estoy aquí? Nadie respondía.

Escuché las voces de otros pacientes. No soy la única aquí, pero ¿cómo es posible que todos me hayan abandonado en esta prisión por ser diferente?

¿POR QUÉ? Porque mi mente está en otro lugar. Si pudiera transportarme, lo haría sin dudarlo a mi único refugio, donde ahora escribo con lágrimas agotadas de esperar a ser rescatada o liberada por unos segundos. Me siento como un ave enjaulada, privada de libertad y sin poder decidir. El pajarito sabe que sus días están contados y que nunca más será libre como los demás. Igual que yo, que estoy muriendo de tristeza.

Recordé que Margaret me prometió que iríamos a bucear con los tiburones.

PSIQUIATRA: Me saludó. MUY BUENOS DÍAS, Amelia. ¿Cómo estás?

Amelia: Le sonreí y le grité ¡¡¡Déjame salir para ver a Margaret! No sabes que ella me espera en casa, ella nunca permitiría esto.

PSIQUIATRA: Sólo me miró fijamente con la inyección en la mano, uh, cómo te lo digo. Amelia: ¿Explicar el qué?

PSIQUIATRA: Pues Margaret lleva 2 años muerta y es solo tu imaginación que piensas que ella está contigo. Sonrió.

Amelia: ¿Cómo es posible? Grité, mentiroso, ella está viva, ella está viva. Quizás tú la mataste para que yo quede loca, pero ella me espera, además me escribió una carta y eso prueba que ella está en casa.

JAJAJAJAJAJA PSIQUIATRA: MIRA la fecha, eso fue hace tiempo atrás. Ni siquiera sabes que ella ya no está entre nosotros, ¿no te lo dijeron tus padres? Que ella nunca fue al Amazonas. Ella desapareció.

Tal vez no te quisieron decirlo por tu salud mental.

TE DEJARÉ SOLA PARA QUE LO PROCESSES.

Amelia: ¡TÍA! Grité desesperada al darme cuenta que llevaba dos años muerta. Llama a mis padres, necesito verla por última vez. Sácame de aquí, sácame de la celda. Me arrojé al suelo para llamar la atención, gritando "¡Connor, ayúdame!", pero nadie respondió. Quiero rescatar a mi tía.

Escuché: "¡Cállate, niña! Si no te callas, te volverán a dormir". Era Penélope. La vi atada de pies para que no escapara. Estábamos solas y lloré toda la noche en el suelo.

Solo podía recordar los momentos felices con Margaret, la única que me amaba. Pensé en su infelicidad en el trabajo y me pregunté cómo pudo desaparecer. ¿Estoy loca? Tal vez es mejor estar aquí para ser tratada. Me golpeé la cabeza, confundida. Todo parecía un sueño con Margaret. Mis lágrimas caían al escuchar a mis padres decir que ella estaba muerta y yo me desmayé. Les grité cobardes y el psiquiatra me durmió de nuevo con medicamentos.

La verdad es que ella murió en un accidente, y yo también morí con ella esa noche. Fue la más triste que viví por unos segundos. Como dicen, perder algo de mucho valor duele, pero este dolor no se puede curar jamás. No es algo, es una persona que no volverás a ver nunca, y de esas solo hay una. Ya no existen más personas que te aman. Escuché una voz que me decía: descubre la verdad, lee el diario.( El diario ya no estaba).....

Alguien había robado el diario de Amelia.




EL DIARIO DE AMELIAWhere stories live. Discover now