Capítulo 3

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Salí de mi habitación y me dirigí al edificio de ciencias. No entendía que tenía que hacer ahí, salvo pruebas. Pruebas para conseguir lo que siempre he querido; un talento.
¿Pero cómo me iba a dar Junko Enoshima un talento? Con un talento se nace, y ya está.
Pero ya no podía dar marcha atrás, y la idea de querer que el súper suertudo me acariciase la cabeza todavía la tenía entre ceja y ceja.
Llegué al edificio.
-Y ahora, ¿qué?-Pensé.
-Crío, ven aquí.
Miré a mi alrededor, pero no veía nada.
-Arriba, gilipollas.
-¿A quién llamas gilipollas?-Dije mirando hacia arriba.
Un hombre con el pelo sucio y negro me estaba mirando. Me indicó que subiese, y eso hice.


Llegué a la misma habitación en la que estaba aquel hombre. De cerca, parecía más joven.

-Soy el súper neurólogo de preparatoria, Yasuke Matsuda.-Se presentó.-Esa chica estúpida me ha hablado de ti. Realmente no sé quién es más estúpido; si ella o tú. En fin, siéntate.

¿Por qué decía que Junko Enoshima era estúpida? Para mi, insultar a un amigo era algo tabú. Aunque, visto lo visto, parecía que el súper neurólogo no era muy buen hablado.

Me senté en la cama que señaló. Me examinó, me tomó la tensión, la respiración, y me miró durante un buen rato. Después, me hizo un análisis de sangre.

- Matsuda, no entiendo que pintas en todo esto. ¿Por qué un neurólogo iba a ayudarme a conseguir un talento? ¿A qué vienen tantas pruebas? ¿Dónde está Junko Enoshima?

-Cállate ya, coño.-Espetó.- Esa estúpida está al mando de todo, yo solo hago el trabajo sucio. Además, parece que los de arriba también quieren ser partícipes de esta parafernalia.

-¿Odias a Junko Enoshima, y aún así haces esto por ella?-No entendía nada.

-Yo quiero que esto fracase, chaval. Quiero verla caer en la desesperación. Pero estás equivocado en una cosa. Yo no odio a Junko, yo la quiero.

Poco después de aquello, Matsuda me ordenó irme y que además, volviese mañana a la misma hora, puesto que ahora tenía que atender a Junko Enoshima con su tratamiento. Me pregunté qué tipo de tratamiento tenía Junko Enoshima.

Al salir del edificio, un chico alto y pálido, con un pelo en forma de algodón de azúcar, se acercó a mi.

-Tú y yo somos muy similares, puedo oler la esperanza en ti.-Dijo mientras cruzaba por mi lado.

Me giré, pero él ya no estaba.

-¿Qué cojones...? ¿Qué acaba de decir...?

Llegué a mi habitación, y me encontré con Junko Enoshima sentada en mi cama.

-Enoshima... ¿tú no estabas con Matsuda...?

-¡Hinata!-Gritó a modo de sorpresa.- Yo... yo he venido a dejarte esto.-Dijo mientras dejaba un bote con unas instrucciones en mi mesilla de noche. Acto seguido, se fue por la ventana.

"Tomar esto en el desayuno, comida y cena. Yasuke Matsuda". Una medicación.

Sonó el timbre, señal de que era hora de cenar. Respiré profundamente, y me llevé el bote conmigo para tomármelo después de cenar.

"Upupupupupupu"




Acepta el cambio/KomaHinaOnde histórias criam vida. Descubra agora