Capítulo 8

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-Punto de vista de Komaeda-



Junko Enoshima nos llamó a todos los miembros de Ultimate Despair, y nos contó que había un chico que tenía muchas ganas a estar en nuestro edificio. Él era un estudiante del curso de reserva, alguien que no llamaba mi atención en lo más mínimo. Si no tienes un talento, no vales una mierda, es así de sencillo.


-¿Y por qué nos cuentas esto? No tiene un talento, qué más da.-A Kuzuryuu no le hacía gracia la idea de incluir a alguien en nuestro grupo.


-Es cierto que él no tiene un talento, pero si tiene esperanza.-Respondió.-Junto a Matsuda, he estado mirando archivos que tienen información de cómo dar un talento a alguien. El director y el resto del profesorado están de acuerdo, por supuesto. El método para conseguir dar un talento a nuestro querido Hajime Hinata es modificar su cerebro y concederle un talento. Pero no le daremos un talento cualquiera. Le daremos el talento "súper esperanza de preparatoria", y le bautizaremos como Izuru Kamukura, el fundador de nuestro querido Pico de la Esperanza. Ya hemos probado con algunos objetivos que teníamos en la lista. Muchos han muerto y otros han perdido la memoria. Considero que este plan es perfecto. Tsumiki, junto a Matsuda, te encargarás de los lavados de cerebro y de las operaciones. Komaeda, tú lo observaras.-Me miró.- Sé que alguien sin talentos no te llama la atención, pero Hajime Hinata es completamente diferente a lo que te esperas.


Suspiré.


Realmente no tenía ninguna intención de observarle. Prefería preparar las primeras clases de asesinato mutuo.


Como Junko Enoshima no nos dejaba actuar a nuestra bola y teníamos que acatar sus órdenes, decidí hacer lo que me dijo.



Durante bastantes días observé al chico, incluso cuando salía de sus consultas con Matsuda. No sé qué era lo que le llamaba la atención a Junko de él, yo no percibía ni un poco de esperanza, pero decidí provocarle un poco haciéndome notar.


Esa misma noche, Junko nos reunió a todos y nos explicó en detalle cosas del proyecto Izuru Kamukura.


Quería modificar el cerebro de Hinata y darle un talento que recogiese en uno sólo al resto de talentos existentes. Quería incluir a Kamukura en las primeras clases de asesinato mutuo junto al consejo estudiantil y que él matase a todos.


Junko era una hija de puta. Una hija de puta con planes increíbles.


También nos contó que a partir de aquella noche, Hinata iba a desaparecer para siempre, que las operaciones iban a comenzar ya.


Durante dos semanas, lo único que hice fue estar de observador en las operaciones. El pelo le cambió a un color blanco, que más tarde se volvió negro y largo. Tenía un aspecto horrible.


Todos los días le operaban.


Una parte de mi tenía miedo de que luego se descontrolase y nos matara a todos, y otra quería que muriese para que Junko cayese en la desesperación que tanto le gustaba.


Un día antes de que Hinata despertase como Kamukura, decidí dibujar un plano del escenario donde más adelante se realizarían los asesinatos y, en lugares con puntos ciegos, colocar un transmisor para poder comunicarnos. No podía permitir que la esperanza dentro de él que tanto amaba muriese, a pesar de no saber nada sobre su vida.



-Punto de vista de Kamukura-


No entendí a que se refirió Komaeda cuando me dijo que él me iba a enseñar el significado del amor. En realidad, no entendía nada.


Sentía frío en el pecho, como si hubiese olvidado algo muy importante.


La cabeza me daba vueltas.


-¿Estás bien?-Komaeda parecía preocupado.-Estás pálido, vamos con Tsumiki.-Me agarró de la cintura y salimos de la habitación.


Lo último que recuerdo de aquel día es que me desmayé.



Cuando desperté, Komaeda estaba a mi lado y me ofreció la mano para ayudarme a levantarme, pero rechacé su ayuda.

-Komaeda... quiero saber más de mi. No sé nada, salvo que me llamo Izuru Kamukura y que mi talento es la esperanza.

Komaeda tragó saliva.- No es necesario que sepas nada más, yo estoy aquí para ayudarte. Si no te cuento nada, ¿no crees que es porque seguro que piensas que es aburrido?-Rió.

Tenía razón. Seguro que mi vida era aburrida. Me intrigaba saber por qué no recordaba nada, pero seguro que se me había olvidado porque era aburrido.

-Por cierto.-Exclamó.-Dentro de poco empiezan las clases de asesinato mutuo. Tu objetivo es el consejo estudiantil. Mátalos uno a uno, de dos en dos, de golpe... la cosa es que los mates.

Matarlos a la vez sonaba más entretenido. Definitivamente iba a matarlos a la vez. No dejaría ni a uno de ellos vivo.








¡FELIZ AÑO NUEVO! Ahora es cuando empieza el clímax de la historia. Espero que sigáis leyendo el resto y que leáis el fic KuzuPeko que subí en diciembre.

Acepta el cambio/KomaHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora