Título - Milagros Tamara Santillán

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Si hoy tuviese el poder de abrir mentes, las cerraría más que nunca.

Capaz porque soy muy infeliz en este condado de soberbias inodoras es que me presiono a escapar aun así se trate de ser por pasadizos donde corrieron prófugos libertadores, donde durmieron ideales que otro día, un poco más tarde, desaparecieron por consecuencia del olvido, que en otras formas más sustanciales le podríamos llamar muerte.

En mis reflejos más sensibles pude reconocer mis profundísimas ganas de encontrarme en otro lugar, es por ello, que en más de una ocasión, al terminar mis proyecciones ideales, volvía a caer, fatigada, por enésima vez en la depresión.

Casi como una campera de polar embebida en agua, pesada como la luna cuando no es consumida por el hambriento ratón, casi como la demolición fallida de un edificio antiguo que causa improvistos notorios a su alrededor, yo me veía en el espejo con unas cientas de órbitas girando, envolviéndome con sus protones y neutrones.

No fue el correr del tiempo, pero sí la velocidad a la que le permití correr, lo que causó en mí, una nueva variación de mí. Cuál usar que día era más que un dilema tortuoso para mis cables, ya casi pelados, que paulatinamente intentaban resolver, si bajarme del colectivo en la Crisóstomo y Buenos Aires o en la Crisóstomo y Congreso.

Poemas, Delantal y ProsaWhere stories live. Discover now