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  Oh, don't be scared about it

Don't forget it was real

Do you remember the way it made you feel?

Do you remember the things it let you feel?

How do I make you stay

When it's easier to let you go?

Nobody knows what we know about it

No one needs to know

Call me when you've made up your mind but you won't

Caught up in a way that you played my heart

Only love could ever hit this hard

  —  Do you remember, Jarryd James

Las enormes puertas metálicas que separan el exterior del camino a la mansión se abren, dejando el coche patrulla entrar en su interior. Frondosos jardines la reciben en los laterales. Están llenos de plantas rojas, amarillas e incluso azules cuyos nombres desconoce a pesar de haber vivido entre ellas la mayoría del tiempo. Se reclina sobre los asientos delanteros para ver -reconocer en cierto sentido- el edificio que se erige en el frente. Una mansión con toques victorianos. Una casa demasiado grande para una niña que se moría de ganas de salir de ella. Dentro de esos muros yace un mundo apartado del exterior. Uno preparado única y exclusivamente para esa fugitiva a la que traen de vuelta.

Sus padres se las han apañado para hacer que tenga un par de días para recoger sus cosas antes de ir al reformatorio. No estará mucho tiempo allí... El dinero mueve montañas y en otras ocasiones, miradas hacia lugares más... Convenientes. De todos modos, debe darse prisa. Hay algo que ha de hacer. ¿Lo ha averiguado durante el viaje? No, lo sabía. Lo sabía en el momento en que entró en aquella cabina; por eso lo hizo. Solo ha de darse prisa.

— Qué decepción...

Son las primeras palabras de su madre al verla aparecer con los guardias como acompañantes. La realidad es que no se esperaba otra cosa.

Our Last JourneyWhere stories live. Discover now