1 - 'Falsas apariencias'

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PORFA LEED ESTO, ES IMPORTANTE

Antes de empezar a leer, quiero aclarar que la historia ahora mismo está corregida, pero seguramente siga habiendo algún error o fallo, así que no os extrañéis mucho si encontráis alguno

Y dos cosas más:

1- Ahora en muchos párrafos no hay comentarios porque lo he corregido todo así que POR FAVOR no hagáis spoilers. Es lo único que os pido. Dejad que la gente disfrute de la historia sin saber que un personaje hace x o es bueno o es malo. Tengamos un poco de respeto por los demás y por la historia porfa.

(Y sí, poner #releyendo y emojis con caritas llorando o corazones rotos es hacer spoiler, de hecho, es bastante desagradable, no seáis esa clase de persona plis)

2- Os recomiendo leer el apartado de la guía para principiantes incluso si ya habíais leído en libro, porque ahí hay muchos aspectos que explico y por lo tanto no volveré a explicar en el libro para que no se haga tedioso

Y nada más, solo esas dos cosas. Como siempre, gracias por leerme. Espero que la historia de Rhett y Alice os guste tanto como a mí me ha gustado escribirla jzbdjekdue nos vemos pronto <3

•••

Hacía días que se repetía exactamente el mismo sueño. O quizá meses. Era difícil saberlo con exactitud... ahí, el tiempo pasaba tan despacio que perdías la noción de él. Y ella ni siquiera recordaba haber soñado algo distinto en toda su vida.

No sabía si era del todo normal que un mismo sueño se repitiera una y otra vez, pero no se atrevía a preguntárselo a nadie. Después de todo, ella no debería tener la función de soñar. Era una androide y se suponía que los androides no pensaban por sí mismos, no tenían imaginación. Los sueños formaban parte de la imaginación.

A veces, se preguntaba si los demás androides soñaban, como ella, y pensaban tanto en... bueno... en todo. Nunca les preguntaría por miedo, pero quería pensar que sí lo hacían. Que ella no era tan diferente.

Aunque... el padre John —su creador— solía decir que ella siempre había sido especial. Era su última creación. Y todos sabían que el padre John era el mejor creador de la ciudad.

Ella se llamaba 43. Un androide no tenía derecho a un nombre humano, solo a lo que los demás llamaban número de serie. De todos modos, su padre la llamaba Alice cuando estaban solos.

A ella le gustaba ese nombre humano, así que mentalmente se refería a sí misma como tal. Hacía que se sintiera algo más que un número cualquiera de una larga lista.

Por supuesto, no era algo que pudiera decir delante de sus compañeros o de los demás padres, así que en público seguía siendo la tranquila 43, tercera androide de la quinta y última generación.

A Alice le resultaba difícil dormir y, por si eso fuera poco, siempre era la primera en despertarse. Como no podía moverse de la cama hasta que sonara la sirena de buenos días, siempre esperaba pacientemente mirando el cielo a través del ventanuco que había a unos metros de distancia. Si bajaba un poco la mirada, entre su cama y el ventanuco, estaba la cama de 42, que dormía plácidamente.

En ese aspecto, siempre la había envidiado. Se dormía nada más tocar la cama y, además, parecía tan tranquila... ojalá Alice pudiera hacer lo mismo.

Aún así, despertarse la primera tenía sus ventajas. Todo era más silencioso cuando los demás dormían. Podía hacer lo que quisiera... siempre y cuando no se moviera de la cama, claro. Y era la única hora del día en que nadie, absolutamente nadie, estaba vigilando lo que hacía y lo que no. Era como quitarse un enorme peso de encima, aunque fuera solo por un rato.

Ciudades de Humo (¡YA EN LIBRERÍAS!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora