Capítulo 3: Conociendo al desconocido

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De repente, me di cuenta de que, en mi estado de empanada mental, el chico me dirigió una mirada curiosa. Me di la vuelta inmediatamente, mi cara como un tomate, pero antes de girar por completo ví cómo se acercaba a mí...


Mi curiosidad me traicionó y volví a mirar hacia atrás. Sus ojos oscuros me hipnotizaron, bajo ellos dos bolsas moradas, quizás por falta de sueño. Sus largas piernas se movieron al son de los latidos que podía sentir en mi pecho, y su bigote se alzaba hacia el cielo con curiosidad.


Finalmente, llegó a mi mesa. Me levanté para intentar empezar una conversación con él, pero antes de que pudiera abrir la boca, me tropecé con un átomo que estaba en el suelo y caí de golpe al suelo. Toad reaccionó inmediatamente, poniéndose a mi lado. "Tengo que llevarla a la enfermera escolar!!", exclamó, su voz temblando del pánico.


"No", dijo una voz. "La llevaré yo, fue por mi culpa que se cayó."


Sentí que me cogían en brazos y entré en contacto con el pecho del dueño de la voz. Miré hacia arriba y... era el chico misterioso!! Hice lo que pude para aferrarme a su torso para que fuera mas fácil llevarme. Empezó a correr en dirección a la oficina de enfermería y sentí cómo flexionaban sus pectorales con el esfuerzo de mantenerme en una posición cómoda. Me perdí en su aroma, menta mezclada con el sudor que seguramente goteaba de su espalda como las estalactitas de la cueva esa del Soplado a la que siempre nos llevaban. Con estos pensamientos en la cabeza, y notando la textura suave de la ropa de mi héroe, el mundo fue desapareciendo de vista. Los últimos hilos de mi conciencia se fueron perdiendo hasta que todo se desvaneció.


Me desperté en una habitación blanca cual ejercicio de ebau de historia. Las luces del techo iluminaban las paredes de forma directa, y noté que estaba en una cama que, como el resto de elementos de la habitación, era de color blanco. Así que esto debería de ser la oficina de enfermería.


Me pegué un susto cuando de repente me di cuenta de que había otra persona ahí conmigo. El chico de la ropa morada de antes estaba sentado en una silla al lado de la cama, y estaba mirando por la ventana. Me puse roja por milésima vez, y el chico, al oírme despierta, se giró hacia mí.


"Hola", me dijo, con una pequeña sonrisa. "Eso fue una caída bastante brutal. Tas bien?"


Asentí con la cabeza ya que no confiaba en que mi tono de voz no mostrase lo nerviosa que me encontraba en aquel momento.


"Bien", suspiró aliviado el chico. "Solo para que lo sepas, has estado durmiendo unas dos horas."


"Dos horas?", pregunté asombrada, olvidando por un momento mis nervios.


"Sí", respondió él. "Me dejaron quedarme aquí para asegurar que todo iba bien. No podría dejar que te quedases sola en ese estado."


Me puse tan colorada como la regla que me había venido la semana anterior, y el chico echó una carcajada.


"Ah, por cierto, eres nueva, no? Yo me llamo Waluigi, encantado de conocerte. Cuál es tu nombre?", preguntó Waluigi.


"I-igualmente", contesté, "me llamo Mariana, Mariana Retasu, y soy nueva tanto en este instituto como en la ciudad."


"Wow, caray", exclamó él. "Ya decía yo que no te había visto antes. Bueno, ya que nos conocemos un poquillo y te has recuperado, vamos yendo a clase?"


"S-si, Waluigi-kun", dije sorprendida. Andando a clase con un chico el primer día? Y con un chico tan atractivo? Igual este año iba a ser mejor de lo que esperaba.


No tuve tiempo para pensármelo más cuando me cogió de la mano y empezó a llevarme al pasillo...


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Tercer capítulo vamoooos!!! Lo publicaré super fresco porque me han amenazado con cortarme si no continúo con el fic, y preferiría agradar a mis fans. Qué os ha parecido? Decidlo en los comentarios!! Y publicaré enseguida el capítulo 4!!

Besis,

La autore

Wah-migos o algo más?Where stories live. Discover now