No apto para estrellas

05. Licor Malibú

«I had some dreams they were clouds in my coffee»

You're so vain - Carly Simon

Amanda M.

Joder, ¿Pues qué demonios pregunté?

Tampoco dije que lo voy a matar para que se haya puesto tan pálido. Lo miro a la cara, no es capaz de sostenerme la mirada y yo me cuestiono si debe estar acostumbrado a que todas las personas lo miren de esta misma manera: Sin preocupación de lo que piense, con sumo detalle, en busca de una pista de falsedad.

Oh.

—Eso... No fue lo que entendí —titubea Ron—. Disculpa, te estoy dando una primera impresión terrible. —ríe con incomodidad.

—Sí, no te preocupes —contesto mirando al suelo, cruzo mis brazos sobre mi pecho—. Veo que nunca entiendes nada, es normal.

—¡Oye!

—Perdón hay días donde me levanto y no sé mentir —consuelo mi imprudente respuesta bajo sinceridad—. Gracias por aclararlo, si tú no hablabas en serio, yo tampoco, era broma, era un experimento social; tú me agradas por haberme escuchado, eso es todo.

Se levanta a mirarse al espejo, es más alto de lo que recordaba, las luces del tocador se reflejan en el vidrio de sus gafas. El resto de la luz descansa con delicadeza sobre su cabello rojizo, son pocos los segundos en donde mi cerebro escoge recordarme que este sujeto es el mismo de la gran pantalla en los cines y es abrumador.

Este mundo del lado del reflector no es para mí, lo supe desde el día uno en el que me enteré de su existencia. Sin embargo, hay quienes nacen para que les pongan uno encima, Ron es un ejemplo claro, en el fondo lo envidio un poco por ello.

—¿Siempre haces eso? —indaga Ron.

—¿El qué?

—Disfrazar lo que piensas con dos cumplidos, como un sándwich, dices "Oh, no te preocupes" por cierto eres tontísimo seguido de "Pero Hey, me caes bien".

—Dije que me agradas, no me caes bien, me sorprende que tu memoria funcione para algo que dije en tres segundos —corrijo.

—Lo acabas de hacer otra vez.

—No sé de qué hablas.

—Claro —rueda los ojos—, ¿Para qué estas hoy aquí si el trabajo de guionista es lejos del estudio y aun no te necesitamos como coach?

Lo dijo en un tono tranquilo, aunque es imposible no notar cierto desprestigio sobre ello, está claro que al ser mi padre el director tengo un par de ventajas y las he usado para que respeten el trabajo de Tom, nada más. Que no he tenido que esforzarme por conseguir este puesto es lo que las personas piensan, piensan un montón de cosas equivocadas sobre mí, asumen lo que les da la gana sin darme oportunidad de demostrar lo contrario.

A mí me da igual.

—Estoy aquí para fastidiar tu día, ¿No? —respondo con su mismo tono pasivo-agresivo—. Es que es obvio, yo me levanté, llamé a mi padre para que complazca mis deseos y pensé ¿Qué hago en mi día tan aburrido donde no hago nada? Ah, sí, hacerle el suyo imposible a Ron.

—Aja, ¿Y se puede saber por qué tú tendrías ese poder sobre mí?

Hay cierta magia en que lo primero que haya entre dos desconocidos sea complicidad y no incomodidad en sus silencios. Creo que hay quienes desde el primer momento sabemos que son compatibles con nuestra vida.

—¿Por qué? Es bastante simple —arrugo las cejas, el papel de mimada vanidosa se me da increíble—, porque estas enamorado de mí. —bromeo y eso no lo incomoda, no reacciona de ninguna forma en especial lo que me hace sentir segura sobre jugar de esa forma.