"Quizás debería aceptar que ya fue, que no fuimos, no somos y no vamos a ser " -Leah Amara Stilinski
Leah Amara Stilinski, una joven de 15 años, quién estuvo enamorada del joven McCall desde muy pequeña, pero a pesar de todo estuvo para el en sus m...
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Después de nuestro altercado con los oni desperté en mi cama con Isaac al lado, al fin habia sanado, pero seguía débil por el poder que use de la barrera.
—Es bueno que despiertes — me dijo el rubio a mis pies — estaba preocupado.
—Estoy bien, ¿Tu estás bien? — le pregunté.
—Estoy bien, Stiles está en su cuarto, ya regreso — me informo Isaac — pero ahorita está durmiendo, igual deberías descansar, yo iré a casa de Scott — me decía el beta — Si ocupas algo puedes llamarme sin dudarlo.
—Esta bien, gracias por cuidarme — le dije sonriendo — Que descanses.
—Igualmente brujita — dijo acariciando mi cabello y dejando un beso en mi frente.
Isaac se fue y yo intenté descansar un poco, estaba más tranquila ya que Stiles estaba en la casa y todo había salido bien..
No se cuánto tiempo dormí, pero me desperté porque escuché mi teléfono sonar..
—¿Stiles? — dije al contestar al teléfono — ¿Que ocurre hermano?.
Se me hacía raro que esté me llamara, sobre todo porque estábamos en la misma casa, y no hubo respuesta de su parte.
Empecé a escuchar un ruido, pero finalmente alguien hablo.
—¿Leah?— escuché decir a Stiles, parecía asustado..
—¿Que? Si estoy aquí — le dije al castaño — ¿Que ocurre? ¿Donde estas?.
—Leah, no se dónde estoy, no se cómo llegué aquí — me decía mi hermano alterado — creo que fue sonambulismo.
—Dime que vez alrededor iré por ti — le dije a Stiles.
—No lo se, está oscuro, es difícil ver — me dijo este — oh algo está pasando.
Eso fue todo lo que escuche ya que la llamada se colgó, me pare rápido de la cama y el piso se me movió un poco, pero rápidamente volví a llamar a mi hermano.
—Hola — se escuchó por el teléfono.
—Stiles —le hablé a mi hermano.
—Soy Stiles, no puedo contestar deja tu mensaje — me dijo su buzón de voz.
Estaba empezando a desesperarme, volví a llamarlo, pero su buzón sonaba una y otra vez y eso me volvía loca.
La tercera vez de escuchar el buzón de voz volví a llamar, pero está vez respondió.
—¿Stiles? — pregunté.
—Leah, no creo que pueda salir de aquí, no puedo moverme — me dijo mi hermano alarmado.
—¿En donde estas? — le pregunté de nuevo.
—No lo se, no lo sé — repitió mi hermano a punto de llorar — está muy oscuro, no puedo ver mucho, pero algo le pasa a mi pierna está atorada con algo y creo que está sangrando.
