25: Confesión.

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6 de agosto

Como muchas de las noches anteriores que había pasado en la granja, no podía dormir. No sabía si era insomnio y debía acudir al médico o si aún no me recuperaba del jet lag. Tal vez solamente era una persona nocturna.

Caminé alrededor de la granja viendo a algunos de los animales dormir. Estuve un rato en el invernadero, era mi segundo lugar favorito en la granja después del estanque de atunes, en donde también estuve un rato.

Miré mi reloj de muñeca y me sorprendí al ver que eran las tres y media de la mañana. Seguía sin sueño.

Caminé un poco más a los alrededores. Me detuve enfrente del granero al escuchar un sonido, parecía un sollozo. Palidecí.

Nunca alguien me había contado que había fantasmas en la granja.

Quise hacerme el valiente e ir a ver de qué se trataba, pero solo fui caminando tembloroso hasta la parte trasera del granero. Me asusté aún más al ver a Karly sentada en medio de varias herramientas para el sembradío, llorando.

Caminé rápido hasta ahí, al verme ella solo comenzó a llorar más.

— ¿Qué es lo que pasa? — Caminé hasta ella preocupado.

— Por favor déjame sola Harry, no quiero... por favor— Dijo llorando.

— No— Respondí serio mientras tomaba su mano— Me he dado cuenta de todas las veces que te despiertas en la madrugada y lloras, en Australia pasaste la noche en quien sabe dónde, me preocupé demasiado por ti, y no fue por ser entrometido pero vi lo que decía tu diario en esas páginas— Le conté— No tengo idea de qué es lo que está pasando cariño, pero quiero apoyarte, no voy a dejarte aquí sola llorando.

— Si pudieras hacer algo te diría que te quedaras, Harry— Dijo, no paraba de llorar— Pero no puedes, ni siquiera yo puedo.

— Bebé, por favor dime qué está pasando— Supliqué.

Ella negó con su cabeza, escondiendo su rostro entre sus manos. Podía sentir su desesperación.

— Maldita sea, Karla dímelo.

No soportaba el verla llorando así. No me gusta verla sufrir. No me gusta que no sonría.

— Yo... son, mis papás— Dijo entre sollozos— Ellos quieren que— Respiró profundo— Yo quiero quedarme aquí, pero ellos... — soltó más lágrimas— Ellos quieren que regrese a México mañana...

Mi corazón se estrujo.

— Y quieren que vaya a la universidad— Sollozó más fuerte— Quieren que estudie Leyes ¡yo no quiero estudiar nada de eso! — Dijo llorando — Ellos quieren que sea una abogada reconocida para que los mantenga— Dijo, ahora soltaba más furia que llanto— Ellos creen que tienen un maldito poder sobre mí, tengo diecinueve jodidos años ¡tomo mis decisiones yo sola!

No podía seguir viendo como lloraba, quería abrazarla, pero necesitaba escuchar todo lo que estaba diciendo.

— He cuidado yo sola de mí la mayor parte de mi vida, ni siquiera creo que ellos me quieran como su hija— Comenzó a llorar fuerte de nuevo— Solo quieren que les sirva como una criada.

Se acomodó donde estaba sentada.

— Ellos jamás me han dicho que me quieren, cuando quiero abrazarlos se alejan— Dijo indignada— Como si les diera asco... Harry, yo no quiero ir a vivir haya con ellos, pero me amenazaron con cancelarme mi visa y pasaporte— Gritó — Me amenazaron con prohibirme volver a esta granja— Dijo— He venido aquí cada vez que quiero alejarme de ellos— Me explicó— Este es como mi verdadero hogar, me he encariñado con el lugar y todas las personas que hay en él.

Angelic Organics (h.s.)Where stories live. Discover now