Las calles se encontraban silenciosas, los pasos de una peli-negra hacían eco en la misma, las pocas personas que pasaban por hay estaban sumisas en sus conversaciones y/o pensamientos, la chica de coletas se detuvo frente a un gran letrero que relucía en la misma, en su mirada se podía notar la confusión que la albergaba al leer lo que se encontraba escrito en el mismo.
-¿Un lugar de masajes?- pregunto desconcertada a nadie en particular, en realidad, no pensaba tener una respuesta, pero su kwami se la dio al instantes.
-No juzgues un libro por su portada- menciono la carmesí con una sonrisa divertida en su rostro, la peli-negra, todavía confundida, miro a su compañera quien se asomaba por su bolso sonriendo –Ven, hay que entrar-
La chica simplemente siguió las ordenes de la pequeña criatura y sin previo aviso, entro encontrándose con hombre que mantenía su mirada fija en un libro, de baja estatura, barba y cabello canoso se encontraba esta persona quien levanto la mirada de su libro para percatarse de la presencia de la chica.
-Bienvenida Ladybug- la chica no se sorprendió, su kwami le había contado que este había sido quien eligió a ella y a Chat Noir como los próximos héroes de París, cerro la puerta a sus espaldas y sin mas se acerco al hombre, este sonrió de manera satisfactoria al ver a la pequeña carmesí volar fuera de el bolso de la azabache con una sonrisa –Hola Tikki- expreso el hombre con una sonrisa.
-Maestro- saludo la pequeña sonriente, la peli-negra se mantuvo mirando la escena sin decir palabra alguna hasta que la kwami carmesí hablo –Tenemos un problema-
El semblante feliz de aquel hombre cambio a uno preocupado al escuchar esas palabras provenientes de la pequeña kwami, con la mirada la invito a proseguir.
-Marinette fue corrompida por un akuma- el hombre miro a la chica de pies a cabeza sin entender por completo, la carmesí resalto –El problema es que el akuma entro en ella pero ella fue capaz de negarse a... el....- susurro la carmesí a la mirada atónita de el hombre, la azabache solo se mantenía atrás sin mostrar expresión alguna.
-Bueno, esto es nuevo- sonrió el hombre mientras bajaba la mirada a su libro –Y un tanto preocupante- termino mientras le daba vuelta a su libro, en el la imagen de un akuma y la de Ladybug apareció frente a los ojos de la azabache –Verán, esto puede ser un poco confuso al principio pero tratare de hacerlo lo mas simple posible, cuando un akuma corrompe a una persona, normalmente, la persona esta obligada a acceder a la petición por el simple echo de la tentación ante la oferta que se le presente, pero existen casos... bastantes escasos en donde el akuma no llega a corromper por completo el alma de su victima por el simple echo de la voluntad que este posee- hizo una pausa para mirar a la chica para después proseguir –El akuma todavía esta en tu cuerpo y todavía cabe la posibilidad de que te corrompa por completo, tienes que evitar dejarte llevar por tus sentimientos, de algún modo debes lograrlo- concluyo el hombre cerrando el libro.
La criatura miro a su portadora que no parecía tener expresión alguna, algo que la preocupo, pero se relajo al verla sonreír de un modo seguro.
-Muchas gracias- exclamo señalando su bolso haciendo referencia a que su pequeña kwami se escondiera dentro, se despidió con la mirada y cerro la puerta, el hombre sonrió satisfecho para después susurrar una oración que la peli-negra no llego a escuchar.
-Mucha suerte Ladybug-
La azabache ya había salido dejando escapar un gran suspiro,Tenia varias dudas he incógnitas pero prefirió quedarse callada por lo menos esa noche, miro las hermosas estrellas que brillaban en el cielo y una sonrisa se apareció en sus labios, extrañaba la calidez que provocaba sentir el cielo nocturno albergar tantas personas en un mismo lugar, volvió a suspirar y se encamino a su hogar con la única intención de descansar algo que hizo apenas se recostó.
