Capítulo tres | Fidelity

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—No te lo dije para discutirlo, sino para que supieras la decisión que pienso tomar—ella soltó después de un rato en el que Fred espiaba por la puerta de la ventana de la cocina hacia la sala. Claire quería parecer molesta aunque la verdad le daba un poco de gracia; el rubio hizo una mueca sin dejar de ver a la persona que habían dejado sola en la sala de estar, después de que el chico frente a ella decidiera que era buena idea de una reunión de habitantes del departamento.

La chica miró donde Silver, quien se mantenía serena e ignoraba el drama de Fred mientras bebía el resto de la leche de chocolate que se había servido al entrar. Le pidió ayuda con la mirada y Silver simplemente suspiró dejando su vaso a un lado, se acercó a Fred e intentó ver lo que él veía.

Un hombre que bien sabían estaba por cumplir los treinta años que se paseaba por la sala de estar mientras hablaba por teléfono, bien podría verse más joven por su atuendo casual de camisa con rayas verticales y las mangas de ésta dobladas mostrando algunos tatuajes en sus brazos, sin contar ese rebelde cabello peinado hacia atrás que terminaba con un atado debido a su longitud. Roel no era el prototipo de chico guapo pero el hecho de ser el guitarrista principal de una banda medianamente escuchada en el país, le daba los puntos extras como para ser seguido por más personas de la que se esperaban.

Silver torció la oreja de Fred para alejarlo de ahí cuando Roel paró su charla por teléfono y les miró con gracia pues era imposible que no les viera espiando.

—Algún día tenía que pasar algo así. —cerró la ventana con cuidado y quedó en medio de los rubios— Que seas papá no significa que eres el padre de nosotras—bromeó.

—Pero...—él cerró sus ojos— era lo divertido de estar nosotros en este departamento, era el departamento de los que se quedaron...—enarcó una ceja hacia Claire queriendo recordar el punto—. ¿Por qué tan repentinamente? No sé por qué la urgencia.

—Todos sabemos que llegaría éste día.

—Pero no ahora—le replicó de inmediato—. Además, no tienen ni un mes que regresaron. ¿Cuánto han salido? ¿Cinco minutos?

—Fuimos novios por un año y dos meses—le recordó.

—Fueron novios—hizo énfasis—, terminaron y nadie cuenta ese tiempo ya. Solo importa el que no es interrumpido.

—Ya basta—Silver frunció el ceño, molesta—. Fred tiene razón, Claire, no puedes solo mudarte con él solo porque regresa y te lo pide, y tú—miró al rubio—, ella puede hacer lo que se le dé la gana. Ahora, ¿podemos comer la pizza? Hace casi quince minutos que llegó y creo que ya está fría, y si lo está, lo vas a lamentar—puso punto final y salió de la cocina sin importarle cualquier reacción que ellos tuvieran.

Roel la recibió con una sonrisa mientras terminaba la llamada y tomaba asiento el sofá grande donde estaba con Claire cuando llegaron, Silver se sentó en el suelo y abrió una de las cajas de pizza con el claro propósito de comenzar a cenar antes de tener que irse a terminar sus deberes.

—Creo que no le caigo bien a Fred—habló él, imitando la acción de la chica sosteniendo un plato con su mano derecha—, siempre lo sentí así.

—A Fred nadie le cae bien—se encogió de hombros—, pero no se trata de eso. —le dio la primera mordida a su pieza de peperoni y negó con su cabeza— Odia los cambios y que te lleves a Claire de aquí es uno grande para él, la costumbre, ya sabes.

—Ah—frunció las cejas y también comenzó a comer—, no creí que se preocupara tanto.

—Así es él.

Dulce nada [ACR #4]Where stories live. Discover now