Capítulo once | Coming of age

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—Gracias. —Sue sonrió gentilmente al conductor tras darle su paga, y abrió la puerta del auto después de, una vez más, asegurarse de que el lugar al que llegó fuese el correcto.

Justo al cerrarla vio como un auto negro paró frente a su taxi, el cual reconoció al instante. Subió a la acera para esperar a que Wesley saliera de él, y acertó; él, con su ropa de oficina aun puesta y su corbata mal hecha, le sonrió como si fuese una broma que la encontrara ahí.

—¿Ahora todos vinimos solos? —cuestionó ella cuando Wesley se acercó tras darle las llaves a chico que se encargaría de estacionarlo y notar que Camille no bajó del asiento del copiloto.

—Está enferma.

—¿Qué pasa?

—No estoy seguro, parece ser una fiebre.—se encogió de hombros, al detenerse frente a ella.

—¿Y conseguiste niñera?

—Sí, Ben se quedó con ellos. Últimamente quiere estar más cerca de ellos porque no quiere que adopten posturas anti progresistas en su crecimiento... No lo sé—se dio por vencido.

Sue rió.

—Hace mucho que no lo veo, leí su artículo sobre las tuberías de aceite en el periódico... y también como lo arrestaron por desnudarse y alterar la paz en contra de Canada Goose en Toronto y el aceite que robamos de otros países.

—Sí, me sorprende un poco su habilidad para desnudarse en lugares públicos pero creo que salió bien—se encogió de hombros—. Ahora regresó e intenta que sea vegano.

—¿Y no puedes?

—Me gusta el queso, es mi debilidad—señaló a la entrada del restaurante donde, por los últimos mensajes que recibió de Fred, los demás ya se encontraban.

—¿No puedes hacer un esfuerzo? —se adelantó.

—A Camille le molesta más de lo que me podría molestar a mí—le siguió.

—¿Mesa para dos? —preguntó el hombre de la entrada al verlos.

Wesley rió.

—Nos están esperando, gracias.—Sue dijo rápidamente ignorando a Wesley y yendo hacia las mesas, siguiendo las indicaciones que Fred le dio.

—¿Por qué Fred escogió este lugar? —preguntó Wesley, tras ella notando cuan elegante y cálido era el lugar. Algo muy extravagante para una cena de cumpleaños y más si éste se trataba del cumpleaños de Fred.

—No lo sé, últimamente tiene ideas muy raras. En mi opinión es algo diferente así que, ¿por qué no darle el gusto?

Ambos notaron a Fred en una de las mesas del centro, que levantaba su mano hacia un camarero para preguntar por un vino especial; su voz se escuchaba sin problemas. Claire y Silver estaban con él, ambas a su lado derecho. Fueron hacia allá.

—Llegan tarde—afirmó Fred en cuando intentaron saludar, después de que el camarero se fuera.

—Dijiste siete treinta—Wesley miró su reloj—, son las siete treinta y cuatro. Este lugar es muy lejos de las zonas que habitamos normalmente, es una zona realmente costosa.

—Vives a no más de cinco minutos de aquí—Silver rió.

—Diez—respondió éste tomando el asiento al lado de Fred, y Sue por instinto hizo lo mismo con la silla que quedaba frente a Sil.

—¿Ya ordenaron? —la morena preguntó después notando las cartas del menú en sus manos.

—No, trato de averiguar qué platillo es menor a mi bono de Navidad—murmuró la chica de cabello oscuro, leyendo y al mismo tiempo acomodando el cuello de su vestido pues parecía picarle.

Dulce nada [ACR #4]Where stories live. Discover now