Un, no muy claro, porqué [ACR #1]

Capítulo doce | Happy Together

Se había quedado sumido en el estrepitoso ruido de la tormenta que caía sobre ellos; las ráfagas de viento hacían que los cables de luz se movieran amenazando con caer, la nieve golpeando la ventana le hacían crear alguna melodía boba para distraerse y los relámpagos causaban que un escalofrío le recorriera el cuerpo.

Estaban en silencio desde hace un buen rato cuando decidieron dejar para después la limpieza del horror de la lasaña, ya que poco a poco comenzaron a perder el calor de sus cuerpos, y ahora, estaban sentados uno frente al otro en la alfombra de la sala con todos los abrigos que podían ponerse encima.

Claire no dejaba de quejarse ni de repetir lo miserable que había sido el día, y más si recordaban que era noche buena. Estaban atrapados ahí mientras que todos los demás, o al menos la mayoría, probablemente estaban disfrutando de una gran cena.

—¿Tienes señal? —preguntó ella por tercera vez en quince minutos.

Wesley gruñó ignorándole y solo se dedicó a mantener su teléfono encendido para tener iluminación; metió un puñado de cereal en su boca para tener un pretexto y no responder. La rubia tenía su brazo derecho en alto con su teléfono celular en su mano y con la esperanza de que algún mensaje llegara o se enviara.

—¡Vamos, Wesley! —le riñó de inmediato al notar la poca preocupación del castaño—. ¿Acaso quieres pasar a Navidad sin saber de tu familia? —preguntó bajando el brazo y verificando si había algo nuevo en él. Hizo una mueca cuando vio que no y suspiró harta dejándolo sobre la mesa.

—No puedo controlar el clima, ni la electricidad, ni las señales; créeme que si pudiese hacer algo para evitar todo esto lo haría, lástima que no —dijo en su defensa—. Lo que quiero es que te calles y dejes de llorar, para al menos recordar esto de una forma no tan mala. ¿Podrías?

Claire abrió su boca para replicar, el castaño arqueó sus cejas demostrándole que estaba hablando en serio, ella no dijo nada más. Tenía razón, estaba entrando en pánico porque era la primera vez que estaba lejos de casa en su vida; quizá por esa razón el no estar en Navidad con su familia le daba cierta nostalgia disfrazada de preocupación. Terminó asintiendo y le miró fijamente.

Wesley no había hablado mucho desde que la electricidad se fue; solo tomó la primera caja de cereal que vio y se fue a su habitación de dónde sacó todos sus abrigos de la maleta que tenía hecha y se los puso encima para después dejar caer su edredón en la alfombra donde se sentó a esperar. A Claire no le quedó de otra más que imitarlo, porque eso creyó que él esperaba de su parte, aunque ahora se sentía como una especie de molestia.

Era algo que no lograba entender de Wesley por completo; a veces era distante y en otras ocasiones no dejaba de hablar ni de soltar comentarios irónicos que quizá solo le daban gracia a ella.

Tenían una relación bastante extraña; no llegaba a considerarlo un amigo aun pero, por cómo iban las cosas entre los dos, sabía que pronto podría decir que lo es. Tenía algo que hacía que quisieras confiar en él y que el ser tú mismo a su lado no sería problema para él, sea quien seas.

De pronto Claire se sintió un poco tonta por esa actitud que solía tomar frente a él. Suspiró.

—Gracias por no abofetearme —habló ella después aunque la plática ya se había abandonado—. Es mi primera Navidad lejos de casa —confesó—. Cuando me mudé a Vancouver y me di cuenta de que estaría lejos por mucho tiempo... Lloré por las noches casi toda la primera semana —se burló de sí misma.

—Estarás bien —fue lo único que respondió al meter su mano dentro de la caja, cerró uno de sus ojos como si quisiera elegir específicamente aunque la verdad no veía mucho—. Espera —rio. Pepino estaba sobre su regazo queriendo comer de la mano del castaño y él solo la alejaba en forma de juego.