Parte 1

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A medida que los dragones avanzaban por lo alto del océano, los jóvenes jinetes buscaban a toda margen los tres barcos que por extraña razón no llegaron a embarcar a los muelles de Berk como era destinado. Preocupado por los hombres que estaban a bordo de los navíos Estoico el Vasto acato la misión de "búsqueda y rescate" a su hijo Hipo y a sus cinco amigos. No más de dos horas que los jóvenes habían zarpado a la misión y, hasta el momento no tenían noticias de los barcos. Los dragones estaban exhaustos por las horas de vuelo y la verdad los jóvenes también estaban agobiados de las sentaduras, sabiendo esto Hipo dio la orden de ascender a una pequeña isla cercana.

- "Así no llegaremos a ningún lado" - hablo Hipo al terminarse su pescado. - "Tendremos que separarnos en grupos de tres y buscar" - resumió tras analizar.

Los seis estaban sentados alrededor de una fogata que cocinaba los peces de cada uno.

- "No me parece mala idea" - asintió Astrid sentada junto a él. - "Puede que de ese modo los encontremos más rápido"

- "Mientras podamos regresar a casa, no me importa lo demás".- aclaro repugnante Patán tras darle una mordida frustrante a su salmón.

- " Voto porque vayamos al sur y al este". - sugirió Patapez. - "No hemos investigado bien esas zonas del mapa". - trazo con su dedo las direcciones del mapa que sostenía. - "Si ven, en esas dos direcciones, ahí islas desoladas; los barcos pudieron haber anclado por allí".

- "Bueno, no ahí otra elección". - asintió Hipo acariciando la cabeza de su dragón dormido. - "En ese caso, Astrid, Patapez y Patán irán al este, los gemelos y yo tomaremos el sur". - tras escuchar esto los gemelos suspiraron en aburrimiento pero Hipo no les hizo caso. - "Si encontramos los barcos nos veremos de vuelta en Berk".

- "Si, una vez más estaremos juntos mi amada Astrid". - coqueteo Patán.

Astrid lo golpeo en el hombro para apartarlo.

- "Sigue soñando". - fue su respuesta al caminar hacia su dragona.

Al terminar el descanso los jóvenes se dividieron en grupos y sin retraso fueron en busca de los barcos. Hipo y los gemelos viajaron por largos minutos con la vista al frente, esperando ver a lo lejos señales de tierra firme tal como había indicado Patapez. El tiempo se hizo largo y aburrido para los gemelos, especialmente para Brutacio quien repentinamente golpeo el hombro de su hermana.

- " ¡Oye!, ¿¡porque me golpeas!?" - protesto su hermana.

- " Porque estoy aburrido. Así que tú la traes" - la golpeo de nuevo en forma de juego.

- "Déjame en paz" - volteo a ignorarlo, pero la presión del juego más sabiendo que ella ahora la "traía" daba la inquietud de responder devuelta. - "¡Tú la traes!" - replico al golpear a su hermano.

Y como era de esperar jugaron el juego hasta que se salió de control y comenzaron a pelearse ya que los puños se hicieron más fuertes con el paso del juego. Siendo ajeno a esto Hipo solo miraba al frente en busca de tierra. Sus ojos verdes brillaron viendo la isla a tan solo unos kilómetros de ellos.

- " ¡Chicos miren, es la isla!". - animo Hipo al voltear y ver a los gemelos. Pero estos no le hicieron caso y continuaron peleando. - "No sé porque me molesto". - suspiro sabiendo que los gemelos eran un caso perdido.

Los golpes continuaron entre los hermanos hasta que sucedió lo peor. Brutacio agarro la trenza de su hermana y jalo de ella. Tras el dolor, Brutilda se sostuvo del cuerno de su dragón para no perder el balance, pero al hacer esto, Barf soltó su gas pensando que era una orden de su jinete. Ajena del gas Brutilda continuo luchando con su hermano, quería quitárselo de encima a la mala, por lo que comenzó a lanzar patadas contra él; desafortunadamente su plan fue más allá, pues en vez de golpear a su hermano pateo la cabeza de Belch, quien de inmediato reacciono soltando chispas de sus dientes.

El gas hizo contacto con las chispas y la reacción de una explosión tomo lugar en el cielo. Los gemelos salieron disparados fuera de las sillas gritando en horror de la caída, y peor aún, Hipo y Chimuelo iban debajo de ellos.

Hipo al escuchar la explosión miro enseguida hacia arriba, Brutacio cayó sobre él así empujándolo de la silla del Furia Nocturna. Barf y Belch cayeron sobre Chimuelo y facilitaron la caída del dragón negro. Los gritos envolvieron el cielo y mientras más caían el agua del océano se hacía visible. En segundos impactaron las aguas, en donde todo quedo en oscuridad.

Un Dúo Terrible - HTTYD TV SHOWWhere stories live. Discover now