Parte 2

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Formidablemente, Chimuelo rompió agitado la superficie del océano. Llevaba entre sus dientes la chaqueta de piel de su inconsciente jinete. La isla estaba cerca de ellos por lo que Chimuelo no tardo mucho llegar a ella. Arrastró a su niño humano a la orilla y lo tumbo allí. Hipo no despertaba y su dragón gemía en tristeza, sacudió la cabeza de su humano esperando a que despertara. De repente, Barf y Belch también salieron del agua arrastrando de sus bocas los cuerpos inconscientes de sus jinetes, estos también esperaron que sus humanos despertaran. Brutacio y su hermana despertaron dentro de unos segundos lo que alivio al dragón de dos cabezas.

- " ¿Qué nos paso?" - se pregunto Brutacio sujetando su mareada cabeza.

- "Todo me da vueltas"- replico su hermana junto a él.

El gran furia Chimuelo rugió a los gemelos tanto como a Barf y Belch. Por culpa de los tontos actos de ellos su jinete aun no despertaba, además de que pudieron haber muerto si la caída hubiera sido mucho mayor.

- "Oye, no me culpes Sr. Furia Nocturna" - bufo Brutacio. - "Ella fue la que provoco la explosión"

Brutilda volteo hacia su hermano y lo golpeo en la mejilla por el comentario, él reacciono y devolvió el golpe. De nuevo comenzaron una pelea. Chimuelo los miro a ambos con ojos de aburrimiento e hizo gestos para que Barf y Belch los separaran. El dragón de dos cabezas actuó y levantaron a sus dos jinetes del suelo para separarlos, aun y en el aire los gemelos intentaban alcanzarse a puños.

- " ...Chimuelo..." - murmuro Hipo despertando del mareo.

El Furia Nocturna alzo emocionadamente las orejas ante la voz de su jinete, tanto que en brincos como un gato juguetón llego a lado de su niño humano, aunque de repente Chimuelo se encogió en dolor.

- "¿Chimuelo que tienes?" - se arrodillo para acariciar la frente de su dragón. Al momento, Hipo vio que Chimuelo metía el ala derecha sobre su torso con dolor. De seguro debió lastimarse el ala cuando Barf y Belch cayeron sobre él. Hipo volteo sus ojos serios a los gemelos. Ellos conmocionados no tardaron en ver que él estaba molesto. - "Espero que tengan una buena excusa para lo que paso haya arriba" - demando poniéndose de pies.

Los gemelos se miraron y luego de analizarlo comenzaron a echarse la culpa uno al otro. Hipo rodo los ojos y levantó una mano.

- "Muy bien, olviden que he preguntado" - se rehusó a escuchar el pleito. - "Den gracias a los dioses que estamos vivos al menos. Y gracias a ustedes Chimuelo ahora tiene otra excusa para no poder volar" - se molesto. - "Vamos, no hay tiempo que perder, encontremos esos barcos".

Con la nueva orden los gemelos suspiraron abrumados pues solo querían causar estragos y pasarla bien haciendo bromas de mal gusto. Caminaron a las orillas de la playa teniendo la certeza de que encontrarían los barcos anclados por algún lado, bueno al menos eso deseaba Hipo. El cielo tomo colores llamativos del naranja y violeta, estos representaban la noche que se avecinaba.

- "Hay que darnos prisa" - alentó Hipo. - "Sino tendremos que quedarnos esta noche aquí".

- "Esa no me parece una mala idea". - comento Brutacio al lanzarse a espaldas en la arena.

- "Tampoco a mí". - dijo su hermana haciendo lo mismo que el. Ambos estaban muy cansados de caminar.

- "Vamos, solo faltan unos kilómetros". - señaló el resto del camino mandonamente.

"Aggg" - protestaron los gemelos al tumbar las cabezas sobre la arena decididos a no levantarse. Barf y Belch se quedaron a lado de ellos sin remedio.

- "Muy bien, si así lo quieren, yo iré solo". - levanto las manos en señal de que se rendía ya que ellos hacían lo que querían. - "Vamos amigo, tenemos trabajo que hacer". - ajito la mano para que su dragón lo siguiera. - "Si van a quedarse a holgazanear al menos hagan una fogata". - sugirió mientras se alejaba.

Por unos cortos segundos Hipo ya comenzaba a sentirse librado de los gemelos, pensar así era muy arrogante y él lo sabía, pero no se encontraba mejor libertad para cuando te quitas un peso de los hombros. Era difícil lidiar con los gemelos especialmente cuando son descendientes de Beserkers. Completamente desordenados y busca pleitos. Todo esto mareaba a Hipo sobre todo cuando era él quien tenía que lidiar con los desordenes que formaban.

Cuando Hipo llego al otro lado de la playa se encontró un rincón apilado por grandes rocas, no podía ver más allá por el camino bloqueado, pero tal vez podría nadar al otro lado.

- "No puedo arriesgarte a subirme hasta allá". - acaricio la cabeza de su dragón en disculpa.- "Espérame aquí, ya regreso".

El dragón se sentó triste y vio como su niño se adentro a las aguas. Hipo llego al otro lado sin problemas gracias a que el agua solo llegaba a su cadera. No tardo en esbozar una sonrisa cuando finalmente vio los barcos perdidos anclados en la orilla. Se emociono tanto que corrió hacia ellos esperanzado de encontrar a los tripulantes aun abordo. Se acerco al primer barco y puso su mano sobre la madera feliz de que algo familiar estaba al alcance de sus ojos. No había rastro de los tripulantes según observo. Se movió para ver si al lado de este podría estar el otro barco; efectivamente. Sonrió de nuevo moviéndose al segundo navío, aunque "Donde está el tercero" pensó en sospecha.

Creyendo que lo encontraría al otro lado Hipo se movió más adelante. El ambiente había cambiado, sin dudas algo estaba mal y, si era posible la sensación de ojos que lo observaban apretaba contra su garganta. En pasos lentos, Hipo llego al otro lado del segundo barco y lo que vio lo dejo sin aliento.

Habían otros dos barcos anclados en la orilla, pero estos no eran de su gente... si no de Marginados. Hipo retrocedió barios pasos hiperventilando de la impresión de barcos enemigos. "Esto quiere decir que", antes de que Hipo pudiera reaccionar por completo el crujido de una madera tuerce así llamo su atención; miro por encima de su hombro la cubierta del barco que estaba a su espalda, de allí vio una silueta que salto desde lo alto. Violentamente Hipo es lanzado de cara a la tierra, intento levantarse pero aquella persona que salto sobre él lo inmovilizo. Risas malvadas se infiltraron como eco en su joven oído especialmente una risa que nunca olvidaría.

- " Finalmente llegas, mi conquistador del dragón". - esbozo una malvada sonrisa Alvin El Traidor.

Chimuelo levanto la cabeza de su descanso, sus orejas se movieron al margen de unas risas, sonrisas que indicaban peligro para su jinete. Rápidamente, el Furia Nocturna subió a resbaladillas por las pilas de rocas, dejando de lado el dolor que sentía en su ala. En lo alto soltó gruñidos tras ver a los Marginados reír burlonamente. ¿Qué les causaba tanta risa?. La pregunta se respondió por su cuenta cuando a los ojos de Chimuelo la imagen de su niño atado de manos era empujado por Alvin el traidor, un vil hombre que arrastraba a su humano en dirección al bosque. Chimuelo de inmediato se lanzaría a su rescate, pero Hipo lo vio y negó con la cabeza. No quería que él se acercara, sería muy peligroso. Hipo sabía que su amigo era lo bastante inteligente como para saber qué hacer en estos momentos. Y era si, Chimuelo cedió la vuelta y corrió con el fin de poder contar con la ayuda de los gemelos.

Un Dúo Terrible - HTTYD TV SHOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora