Ya lo saben

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   —Lamento lo de Daniela —dijo Aiden, rodeándome con el brazo. Lle-gamos a mi casa y nos detuvimos.

   —No importa, la pase bien en el cine, además no te puedo culpar por lo que ha pasado —dije, acariciándole la mejilla.

   Se acercó y me beso, me rodeo la cintura con sus brazos y yo puse mis brazos en sus hombros no sé porque pero cuando lo beso se me acelera el corazón y me siento más feliz que nunca.

   —Gracias por la tarde —me susurro al oído.

   —Yo soy la que debería decir eso —le informe. La verdad aparte de lo de Daniela lo pase bien.

   —No, no lo creo —dijo antes de morderme la oreja. Me reí y lo abrace más fuerte, luego de un rato se separó y me beso la mejilla.

   —Lo siento, pero me tengo que ir a casa, me comprometí a algo con mi padre —me dijo con una sonrisa triste.

   —No importa, igual me gusto que tuviéramos tiempo para los dos.

   —A mi igual —me miro a los ojos y lo bese en la mejilla.

   —Buena suerte con ese compromiso —le regale una sonrisa—. Adiós.

   —Adiós —me dijo, di media vuelta y entre a mi casa, pase por la sala. Ya iba llegando a la escalera cuando me dijeron.

   —¿Y cómo te fue en tu cita? —la voz de Rose salió de repente—. ¿Ah, hermanita?

   —Pero ¿de qué hablas, hermanita? yo no tuve ninguna cita para nada —dije, a punto de tartamudear.

   —No te hagas la tonta. ¿O me vas a decir que con cada chico con que te cruzas lo besas y te muerde la oreja? —replico con sarcasmo.

   —Bueno si, ya, fue una cita. Hace días somos novios —confesé fi-nalmente.

   —¿En serio? ¿Por qué no me lo dijiste? —pregunto confusa y dolida.

   —Lo siento, pero era lo mejor por el momento, sabes cómo es papá. Tú viste como se puso cuando mamá pregunto si era por un chico —respondí aliviada de no ocultárselo más, pero pronto lo sabrían mis padres. Me sen-té en el sofá y espere sus preguntas.

   —¿Y cómo se llama?

   —Aiden.

   —¡¿AIDEN?! —exclamo.

   —¿Qué pasa? ¿Por qué tanto escándalo? —pregunto mientras bajaba las escaleras.

   —Claire ¿se lo digo? —me pregunto Rose.

   —Creo que sí, si ella lo sabe será menos duro cuando mi papá se entere.

   —Ok, mamá tenías razón, Claire si tiene novio —le informo Rose.

   —¿Qué? ¡Lo sabía! —mi madre frunció el ceño en señal de molestia.

   —Bueno, ahora tengo que pensar cómo y cuándo se lo diré a papá —di-je levantándome del sofá.

   —¿Y por qué no se lo dices hoy, cielo?

   —Estas de broma ¿no? Sabes cómo se pone cada vez que tengo novio, sabes que empieza el interrogatorio.

   —Tiene razón, mamá, por el momento es mejor que no lo sepa —dijo Rose.

   —Está bien, pero se lo vas a tener que decir pronto, por cierto, ¿cómo se llama tu novio? —pregunto sonriente.

   —Aiden.

   —¿Tienes una foto o algo? Quiero saber cómo es —dijo mi madre y se acercó con expectación.

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