24| Confuso

55.3K 5.9K 18.5K
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Mi madrugada se resume en golpear mi cabeza contra la pared.

Llevo poco más de una hora tratando de escribir mi carta de presentación para la universidad, pero nada viene a mi cabeza. He reescrito el mismo párrafo más de diez veces y ninguno de esos borradores me ha convencido en lo absoluto. Tengo la mente nublada, ni siquiera soy capaz de escribir una presentación decente, un poco más y me vuelvo loco al tratar de responder a la pregunta «¿quién soy?»

Intenté acallar todas mis preocupaciones y malos pensamientos haciendo esto, pero lo único que conseguí fue agregar un punto más a la lista de preocupaciones: necesito tener todo listo para solicitar la beca lo más pronto posible. No es mi culpa que mi cerebro no pueda trabajar, es decir, he estado en peores escenarios, escenarios en donde el cuerpo me duele demasiado por los entrenos, donde los ojos me pesan por la falta de sueño, en donde tengo que obligarme a estar bien, pero nunca había experimentado lo más cercano a un corazón roto: La culpa de haber lastimado a la persona que quieres, el saber que nada volverá a ser igual, la negación, frustración, impotencia. El miedo de perder a alguien.

Jamás había dejado que mis problemas se interpusieran entre mis obligaciones; si estaba cansado entonces tenía que esforzarme el doble, si el cuerpo me dolía entonces tenía que tragarme el dolor, si el sueño cerraba mis ojos entonces tenía que beber todas las tazas de cafés necesarias para mantenerme despierto, pero ¿qué se supone que tenía que hacer para ignorar el vacío de mi pecho y la horrible sensación de querer hacer todo, pero no poder hacer nada?

Prefería mil veces el dolor físico que el emocional. Al menos, al primero, podía controlarlo con medicamentos.

Suelto un suspiro lleno de frustración. No importa cuánto me esfuerce, hoy no seré capaz de escribir media línea sin que mi cabeza no merodee entre mis problemas. Es un acto inconsciente. No soy tan masoquista como para torturarme de esa manera por mi propia voluntad. Si fuera por mí, borraría todo lo que ha pasado en las últimas semanas. Reiniciaría el caset y así mi única preocupación sería que me den la beca. Eliminaría de mi cabeza los recuerdos que he creado desde esa noche en la que mi vida comenzó a alterarse. No marcaría a ese número.

De nuevo, comienzo a pensar en él y en lo mucho que me arrepiento de haber hecho que nuestra relación se fuese a la mierda. Es inevitable que mi cabeza no termine reparando en ello, además, estamos en esa hora de la madrugada en donde me siento patético y quiero llorar por todo, pero ya estoy llegando a mi límite, es cansado sentirse así todos los días.

Aunque, especialmente hoy, siento que no le hago bien a nadie. Me siento peor de lo que me sentía antes.

Dejo mi laptop en la mesita de noche y tomo mi celular en su lugar. La pantalla me indica que son las 2 am y que mi alarma sonará dentro de un par de horas. No me sorprende seguir despierto a esta hora y no tener ni una pizca de sueño, creo que empiezo a acostumbrarme a dormirme menos de lo que debería dé.

Una maldita confusiónWhere stories live. Discover now