Experimento 009 (Sasusaku)

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Sorpresas y descubrimientos
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Sakura caminaba de un lado a otro con cierta emoción, iba a tener un bebé.

Un bebé de el hombre que ama. Dios, se sentía tan feliz, como al mismo tiempo se encontraba aterrada, sabía que tener un bebé de una criatura mística, y que está fuera una de las más fuertes y raras de su taza, no sería algo sencillo.

Pues estaba consciente de las complicaciones que pasaría durante estas semanas.

Solo esperaba llegar para ese entonces a Konoha, aunque todavía tenía mucho camino de recorrer, estaba cien por ciento segura, de que para ese entonces ya abría dado a luz.

Incluso si toman la decisión de irse ahora de Suna, no haría gran diferencia, pues tenía conocimiento de que los bebés híbridos crecían rápidamente y nacían máximo a los cuatro o cinco semanas.

La pelirrosa respiró profundo y soltó un poco de aire, para calmar los nervios que la estaban invadiendo.

- todo estará bien, pase lo que pase prometí cuídate, mi pequeño- se dijo asi misma acariciando su plano vientre, con ternura.

En ese momento la puerta de su habitación fue tocada, sacando a la chica de su ensoñación.

- adelante- dijo, dándole permiso a la persona del otro lado a entrar.

La puerta se abrió dejando ver a la abuela Chiyo, quien había venido a traerle algunas cosas a la pelirrosa.

- hola abuela Chiyo, ¿Sucede algo?- pregunto curiosa de saber el motivo de su vista.

- no mi niña, solo vine a traerte algunas cosas- comento.

Chiyo le entrego una bolsa negra, para luego también dejar una taza de té tibio en la mesita de noche que estaba aún lado de la cama.

- gracias, pero, ¿Que es esto?- pregunto un poco confundido, al ver adentro de la bolsa, encontrándose con un hermoso vestido blanco.

La cual le llegaba hasta la rodilla, era algo sencillo pero se veía realmente hermoso.

- su pareja me pidió que le trajera esto y que yo personalmente la llevara a el lugar de encuentro.

- ¿Sasuke me compro ésto?, No estoy entendiendo- dijo más confundida de lo que ya estaba.

Una sonrisa apareció en los labios de la anciana, pero no se molestó en querer aclarar sus dudas, pues le había prometido al azabache, que mantendría la sorpresa que quería hacerle a su pareja en secreto.

No le quitaría aquella ilucion al pelinegro, quien se había esforzando por sorprender a la pelirrosa.

- solo póngase el vestido, estoy segura de que se verá muy hermosa, luego de que la termine de arreglar- comento sin darle más detalles- llámeme cuando haya terminado de ponerse el vestido, estaré aquí cerca de telas formas.

- está bien, pero yo...

Chiyo hizo una reverencia para luego salir de la habitación, dejando a la chica con más dudas en su mente.

Sakura soltó un suspiro, al ver como la puerta era cerrada, miró de nuevo aquel hermoso vestido que tenía entre sus manos, la tela era realmente suave y delicada, sin poder evitarlo una sonrisa apareció en sus labios.