8. Distracciones

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Eliza

El partido del inicio del torneo de primavera era hoy.

Me había despertado con un ligero dolor de cabeza, ayer las chicas tuvieron la grandiosa idea de tener un partido amistoso en el parque central, partido que terminó en un par de cervezas, no tome demasiado, pero sí lo suficiente para pensar en aquella enana.

—¿Lista? —asentí bostezando

—¿Por qué tiene que ser temprano? —tomo mi maleta

—Para que no regresen más tarde —dejo un beso en mi mejilla

—Suerte en el juego hermanita —sonreí ante el abrazo

—Cuidate mucho mi amor —mamá dejo un beso en mi cabeza—, diviértete mucho, juega bien y no te distraigas —me dio una pequeña maleta—. Te puse tu botella de agua, tu jugo, un sándwich y un par de frutas picadas —sonreí

—Gracias mamá

—Raúl, con cuidado —asintió ante la advertencia de mi madre

Salimos de la casa hasta el auto de Raúl, me puse el cinturón mientras él entraba al auto, bufé al ver que eran las siete diez de la mañana.

—Es muy temprano —deje caer mi cabeza en el asiento mientras él daba marcha

—Podrás dormir en el auto camino a Westerby

—Es una ventaja

Informe en el grupo que iba en camino, la mitad del equipo ya estaba allá, menos Melissa, Selene, Dennis y la capitana.

—Emilia no ha llegado, que raro

—Lo raro sería que ella esté puntual ahí —solté una risa asintiendo

—Cierto, tal vez llegue después de nosotros

En camino hacia la escuela me fue contando del proyecto que presentaría con sus compañeros en el festival de primavera, y me dio una pastilla para mi dolor de cabeza, lo cual le agradecí. Cuando llegamos estaciono y bajamos de su auto, él llevaba mi maleta.

—Es muy temprano para tolerará —murmuré

—Sabías que iría, siempre está en los juegos —comentó al ver lo mismo que yo

El consejo estaba al lado de las entrenadoras, pero nosotros solo veíamos a alguien en particular, aquella enana.

—Creí que se quedaría para lo del festival

—Sí, al parecer no será así —fruncí mi ceño cuando río—. Tal vez pidió ir para poder verte jugar —rodé mis ojos ante su comentario

—Idiota —tome mi maleta para ir al autobús

Al estar cerca sentí su mirada sobre mí, pero entré al autobús sin prestarle atención. No necesitaba distracciones.

Las chicas me interceptaron cuando entré al autobús.

—¿Sabes algo de Emilia? —negué mientras colocaba mi maleta en la cajonera

—¿No le has llamado?

—Ella vendrá —aclare— ¿Por qué están así?

—Faltan cinco minutos, ya debería estar aquí

—Parece que no conocen a la capitana, ella vendrá

—Cinco dólares a que no llega —mire a las chicas de básquetbol

—Cinco a que si

—Vas a perder mi amor —le dijo Janet a su novia—, Emilia siempre llega

—Vieron —la señalé—, Janet igual lo sabe

Una última partidaWhere stories live. Discover now