Capítulo 2

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Era lunes nuevamente, pero no cualquier lunes. Era lunes y mi primer día de trabajo. No tendría que estar hasta las 8 am en la casa de los Galler, pero de todos modos estaba acelerada.

Me levanté justo cuando escuché dejar la casa a mis padres en sus respectivos coches (Lo malo de dormir en una habitación a lado del garaje), a las 6:30 am. Primero busqué un atuendo para vestir: unos vaqueros limpios, una blusa rosada con moño de Minie Mouse y mis Keds, Multi Strip Pink. Entré al baño y me aseé rápidamente.

Una vez que estuve lista, salí a la sala y me despedí de mi abuela, que como eran vacaciones ya estaba rondando por aquí. A las 7:40 me subí en el bus. Como no queda muy lejos en móvil, quince minutos después estaba tocando el timbre de la casa de mis jefes.

La señora Amanda fue quien salió a atenderme.

-Que puntual eres, Gianna. Te felicito. –habló mientras le sacaba llave al portón.

-Siempre he sido puntual, señora. –respondí tímidamente.

-Eso es muy bueno. Pero no me digas señora, ¡por el amor de Dios! –sonrió. –Buenos días, cariño. –continuó cuando entré, sorprendiéndome con otro abrazo y besos en la mejillas.

-Buenos días...

-Dime abuela, Amanda, tía, como quieras, pero no señora.

-Buenos días, abu. –sonreí.

Entramos a la casa, era tanto el silencio que había que me dieron ganas de volver a dormir. Pude escuchar el sonido de la TV muy bajito cuando cruzábamos la sala. Pero este televisor no estaba encendido.

-¿Ya desayunaste? Acompáñame a la cocina, yo estaba a punto de hacerlo. – Negué a su pregunta. – Bueno, toma lo quieras. –ofreció un manjar de cosas cuando estuvimos en la cocina: sándwiches, tortitas, leche, café. Pero solo tomé jugo de naranja.

El sonido del televisor provenía de allí. Noticiero de la Mañana, estaba mostrando.

Amanda dijo que Noah y Liv seguían durmiendo. Claro, ¿Quién despierta un lunes a las 7 de la mañana en vacaciones? Aclaró que los chicos estarían pidiendo desayuno antes de las nueve.

Cuando fuimos de nuevo a la sala, Amanda, puso en este televisor el mismo canal del que la cocina, pero apagando el otro. Yo me dispuse a revisar mi teléfono ya que solo transmitían informes malos y odiaba las noticias malas. Encontré un mensaje de mi mejor amiga deseándome suerte en mi primer día y que nos veríamos en mi hora de almuerzo.

Con la señora Galler, Camille, quedamos un acuerdo que tendría mi hora de almuerzo de 12:30 a 13:30, me era suficiente con eso y poder hablar un poco con Tarah. Ella había estado de acuerdo y aceptó sin más.

Una voz amortiguada por un bostezo me hizo guardar el teléfono rápidamente. Era la pequeña Olivia: -Nana, ya me levanté. –continuó fregándose los ojos.

La señora Amanda me miró como diciendo: "Te lo dije" y observé mí hora, 08:45 am. Ella levantó a su nieta en brazos y la llevó hacia la cocina. Volvieron en un santiamén, pero acompañadas de un biberón en manos de la pequeña.

-Buenos días, Gianna. –saludó entre su chupetón cuando me vio. Me enterneció que allá recordado mi nombre. O tal vez su abuela se lo dijo en la cocina.

-Buenos días, Liv. ¿Dormiste bien? – ella asintió. – Me alegro.

-Iremos con Liv al supermercado luego. Te quedaras un rato con Noah, Gianna. –habló Amanda. Yo asentí un poco nerviosa.

Te adoroWhere stories live. Discover now