Era lunes nuevamente, pero no cualquier lunes. Era lunes y mi primer día de trabajo. No tendría que estar hasta las 8 am en la casa de los Galler, pero de todos modos estaba acelerada.
Me levanté justo cuando escuché dejar la casa a mis padres en sus respectivos coches (Lo malo de dormir en una habitación a lado del garaje), a las 6:30 am. Primero busqué un atuendo para vestir: unos vaqueros limpios, una blusa rosada con moño de Minie Mouse y mis Keds, Multi Strip Pink. Entré al baño y me aseé rápidamente.
Una vez que estuve lista, salí a la sala y me despedí de mi abuela, que como eran vacaciones ya estaba rondando por aquí. A las 7:40 me subí en el bus. Como no queda muy lejos en móvil, quince minutos después estaba tocando el timbre de la casa de mis jefes.
La señora Amanda fue quien salió a atenderme.
-Que puntual eres, Gianna. Te felicito. –habló mientras le sacaba llave al portón.
-Siempre he sido puntual, señora. –respondí tímidamente.
-Eso es muy bueno. Pero no me digas señora, ¡por el amor de Dios! –sonrió. –Buenos días, cariño. –continuó cuando entré, sorprendiéndome con otro abrazo y besos en la mejillas.
-Buenos días...
-Dime abuela, Amanda, tía, como quieras, pero no señora.
-Buenos días, abu. –sonreí.
Entramos a la casa, era tanto el silencio que había que me dieron ganas de volver a dormir. Pude escuchar el sonido de la TV muy bajito cuando cruzábamos la sala. Pero este televisor no estaba encendido.
-¿Ya desayunaste? Acompáñame a la cocina, yo estaba a punto de hacerlo. – Negué a su pregunta. – Bueno, toma lo quieras. –ofreció un manjar de cosas cuando estuvimos en la cocina: sándwiches, tortitas, leche, café. Pero solo tomé jugo de naranja.
El sonido del televisor provenía de allí. Noticiero de la Mañana, estaba mostrando.
Amanda dijo que Noah y Liv seguían durmiendo. Claro, ¿Quién despierta un lunes a las 7 de la mañana en vacaciones? Aclaró que los chicos estarían pidiendo desayuno antes de las nueve.
Cuando fuimos de nuevo a la sala, Amanda, puso en este televisor el mismo canal del que la cocina, pero apagando el otro. Yo me dispuse a revisar mi teléfono ya que solo transmitían informes malos y odiaba las noticias malas. Encontré un mensaje de mi mejor amiga deseándome suerte en mi primer día y que nos veríamos en mi hora de almuerzo.
Con la señora Galler, Camille, quedamos un acuerdo que tendría mi hora de almuerzo de 12:30 a 13:30, me era suficiente con eso y poder hablar un poco con Tarah. Ella había estado de acuerdo y aceptó sin más.
Una voz amortiguada por un bostezo me hizo guardar el teléfono rápidamente. Era la pequeña Olivia: -Nana, ya me levanté. –continuó fregándose los ojos.
La señora Amanda me miró como diciendo: "Te lo dije" y observé mí hora, 08:45 am. Ella levantó a su nieta en brazos y la llevó hacia la cocina. Volvieron en un santiamén, pero acompañadas de un biberón en manos de la pequeña.
-Buenos días, Gianna. –saludó entre su chupetón cuando me vio. Me enterneció que allá recordado mi nombre. O tal vez su abuela se lo dijo en la cocina.
-Buenos días, Liv. ¿Dormiste bien? – ella asintió. – Me alegro.
-Iremos con Liv al supermercado luego. Te quedaras un rato con Noah, Gianna. –habló Amanda. Yo asentí un poco nerviosa.
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Te adoro
RomanceGianna Migliore tiene 17 años. Junto con su mejor amiga, Tarah Jenner, buscan trabajo para sus vacaciones de verano. Los padres de Gianna le dicen que no es necesario que trabaje, pero Tarah le consigue uno no muy común en su país. Uno muy bien pa...