3.Drama queen.

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3. Drama queen.

Suspiré mientras me abotonaba la camisa del uniforme. Mi nivel de nerviosismo, era aún superior que el de ayer, cuando había llegado nueva al internado.

Hoy era de verdad mi primer día en sociedad. La escenita con Lizzie y la charla sobre protectora de mi hermano habían llamado la atención del reducido número de estudiantes. Aquello no era Nueva York, donde la ciudad era suficientemente grande como para poder pasar desapercibido. Aunque yo tampoco era la chica que pasaba desapercibida. Era Jo Goligth, y brillaba junto con mis inseparables amigas y mi novio perfecto en la escuela secundaria exclusiva para chicas, o en cualquier evento beneficio. Pero la ciudad estaba muy atrás, y ahora yo me enfrentaba totalmente a oscuras, y por mi cuenta a un destino incierto.

Cómo me daría cuenta más tarde aquel era todo un nido de víboras repletas de veneno, con mucho tiempo libre, mucho más mortíferas que en Constance, mi anterior instituto.

— ¿Estas bien?— Levanté la mirada de mi taza de café para fulminar a Ian. ¿De qué diablos iba este chico? El adjetivo bipolar era quedarse demasiado corto. No se puede ser borde en un primer momento, y sobretodo en mitad de una situación incomoda en la que me habría venido bien algo de apoyo, y después ir de chico comprensivo cuándo su novia paranoica me había amenazado en mitad del comedor.

Además la pregunta era un estupidez. Se veía de lejos que no estaba bien. Las manos me temblaban y ni siquiera había sido capaz de dar un bocado a la tostada que tenía en el plato delante de mi. Un nudo se había apoderado de mi esófago impidiéndome comer. 

Agradecí que mi hermano no se pasara por allí al desayuno, seguía furiosa con él, por haberme tratado como una cría, aunque sinceramente un poco de apoyo familiar me hubiera venido de perlas en aquellos momentos.

Justo en ese momento cómo si hubiera escuchado mis pensamientos, Peter, apareció de la nada sentándose en la silla que acaba de dejar uno de los chicos delante de mi.

 Perfecto, ahora sí que estábamos todos, pensé arqueando las cejas.

—Deberíamos hablar. — Me dijo Peter desde el otro lado de la mesa.

No me apetecía para nada hablar con él, ni que me montara otra escena hermano mayor sobreprotector por lo que después de dirigir a mi hermano una mueca de asco, agarré el bolso donde tenia algunos libros, y con toda la dignidad que pude reunir, me levanté de la silla para desfilar por el comedor, dejando a Peter atrás.

Sin embargo al minuto me arrepentí de no haber esperado a Jack. No tenía ni idea dónde era la clase de química. Y no pensaba regresar al comedor con el rabo entre las piernas para suplicarle a mi hermano o a Jack que me ayudaran a encontrar el aula. Prefería perderme por el internado que otra charla con mi hermano.

Después de quince minutos deambulando por el colegio encontré el aula 215 donde tendría mi primera clase: química. Era mi primer día y llegaba tarde a la asignatura que más odiaba en el mundo. Como ya he dicho soy la persona con menos suerte del planeta.

Llamé a la puerta tímidamente, y la puerta de roble se abrió dejando ver la silueta de un señor bastante mayor, suficiente como para estar jubilado. Nunca entenderé a los profesores que pudiendo jubilarse prefieren seguir impartiendo clase. ¿En serio, qué clase de extraño placer ven en tratar de enseñar a un puñado de adolescentes que están más preocupados por sus hormonas que por cualquier materia escolar? Los ojos de aquel hombre me observaba por encima de la montura de sus gafas marrones, como si fuera un águila a punto de devorar a su presa. No pude evitar fijarme en su vestuario. Me recordaba tímidamente a los típicos profesores viejos de universidad. Llevaba una corbata azul marino, y a pesar del calor del verano, llevaba una americana marrón, un jersey y una camisa. Solo de verle me entraban ganas de sudar.

Jo no es nombre de chico(Editando)Where stories live. Discover now