Jo no es nombre de chico(Editando)

59. Una noche mágica.

59. Una noche mágica.

Suspiré con abatimiento mientras me tiraba sobre la colcha de color verde que cubria la pequeña cama de mi nueva habitación. Si antes había llamado zulo a mi pequeña habitación indivual en la residencia masculina, aquello parecia un cuarto de escobas, donde simplemente habían acoplado un pequeño catre con una cómoda. Un espacio que seguramtente cualquier defensor de los derechos humanos que se precie, no hubiera declarado habitable.

Pero solo quedaba un dia. Un dia y todo se acabaria. Mañana por la mañana cogeria un vuelo a Nueva York, y me olvidaria de toda aquella locura de internado, al menos hasta Septembre. El inicio de un nuevo curso, sin Jack ni Ian, y una Lizzie más relajada y dispuesta a dialogar después de sus vacaciones de verano.

Era catorce de junio, el dia del baile de fin du curso. Y mientras yo me estiraba en la cama, con pelos de loca y el pantalón de pijama de Mafalda puesto junto con mi sudadera gris, las demás chicas del campus debían de estar pintantose cómo puertas, y probandose por ultima vez sus vestidos de princesas para asistir al evento del año, y por supuesto para despedirse de los alumnos de ultimo curso.

Era irónico, cómo había pasado de tener pareja para el baile de fin de curso,una mejor amiga dispuesta a ayudarme con los complementos del vestido, y aquella fecha marcada en el calendario con altas expectativas, a no tener nada. Aunque supongo que yo era la unica culpable. Cómo suelen decir, cuanto más alto estas, más duele la caida, y en este caso estaba segura de que tenia un buen número de huesos rotos.¿En serio me había creido que podia engañar a los dos chicos y a Lizzie y que nadie se enterara? Por favor, la propia Lizzie me lo habia dicho tiempo atras, pero yo no había dado importancia a sus palabras, que la verdad sale a la luz siempre. Y más cuándo hay un blog de cotileos dispuesto a hacer picadillo tu reputación menos de cinco segundos.

El sonido de unos nudillos golpeando la puerta de mandera de mi cuarto consiguierón sacarme de mi flujo de pensamientos. Me levanté de la cama lentamente, pero con cierta curiosidad. Helen me había desterrado a aquel cuarto de la residencia de profesores, dónde ningún alumno tenia acceso.

-¡Robert! ¿Qué haces aqui?- Pregunté yo en cuánto abrí la puerta y me econtré con mi mejor amigo sonriendo ampliamente.

- Tengo mis metodos.- Contestó él pasando a la a habitación sin esperar a que yo le invitase a entrar. Ese era Robert. Y tras darse la vuelta aún con una sonrisa en la cara añadió.- Lizzie, tú también puedes pasar.

No me había dado cuenta de que Lizzie se encontraba allí hasta que Robert le había dicho que entrará, y otra vez ese remolino de sentimientos me sacudió. La culpabilidad, la frustración y los remordimientos volvieron a mi haciendo que clavara la vista al suelo. No estaba preparada para mirar a Lizzie a la cara de nuevo y no sentir verguenza.

La ultima vez que había visto a Lizzie, ella no se había mostrado muy dispuesta a dialogar. Había adoptado aquella postura sarcástica y burlona que parecia dispuesta a soltarme un puñetazo en cualquier momento. Pero ahora se trataba de una Lizzie difernete. Una Lizzie más relajda, más cortada. Una Lizzie que entró lentamente en mi habitación, y elevó timidamente la mano derecha a modo de saludo. Yo la imité esbozando también una timida sonrisa.

¿Cual era el protocolo de actuación en aquellos casos?

- ¿ Por qué no estais en el baile de graduación?- Pregunté yo confusa. Rober Y Lizzie amaban más un baile que yo el helado de chocolate, por lo que verles vestidos de forma informal, y en mi habitación era algo bastante raro.

- No tenemos pareja. ¿Recuerdas?- Dijó Robert dejandose caer sobre la cama.- Somos los marginados del baile de fin de curso.

Mi hermano se había marchado a Penn, y Lizzie había decidido cortar con Ian definitivamente. Y yo bueno, lo mio era el mismo caos de siempre.