31. Fin de año.

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31. Fin de año

Me miré por séptima vez al espejo. Aquel vestido que mi madre me había escogido la semana pasada en Barneys, era bonito, no podía negarlo, pero no era lo que estaba buscando. Quizá a la Jo que nunca hubiera pisado cierto internado, que nunca se hubiera emborrachado, que nunca hubiera dejado a Chuck en busca de libertad, y que nunca se hubiera peleado por un pedazo de plastico en forma de corona pudiera gustarle. Pero a esta Jo nueva que se sentía mucho más fuerte y por que no decirlo, osada, aquel vestido le parecia más adecuado para Jane, mi prima de siete años que para mi. Necesitaba algo más provocativo, algo más impresionante. A fin de cuentas, aquello era una fiesta.

- ¿En serio vas a probarte otro?- Suspiró Leah desde la cama. La música ya sonaba abajo y los invitados ya habían llegado a casa. Mamá estaria abajo reciviendoles con chamapgne, mimosas y sonrisas y halagos para todos. Leah ya estaba vestida, y cómo siempre, iba matadora. Su pelo rubio quedaba recogido en una trenza de espiga que le caia por su espalda, y llebaba un vestido rojo de estilo japones que se ajustaba perfectamente a su cuerpo y que al no tener nada de escote compensaba siendo muy muy ajustado.

- ¿Sigues pudiendo respirar con ese vestido?- Bromée yo mientras me quitaba el mio..

- Eres de lo que no hay, Jo. Un armario lleno de vestidos y ninguno te gusta...- De repente una luz en mi cabeza se iluminó. Si no me gustaban los vestidos de mi armario.. ¿Por qué no buscar en otro? Leah parecio darse cuenta de mis intenciones por que al segundo se levantó de la cama con una expresión preocupada.- ¿En serio quieres comenzar la tercera guerra mundial?

- Calma! Harriet esta en europa. Además ha engordado.- Agregé yo mientras salí por la puerta todavia en ropa interior y me metia de una carrera en la habitación de al lado, donde mi hermana mayor conservaba intacta su habitación.

- ¿Entonces no va a venir a la fiesta de Fin de año?

- Esta cenando con los padres de Frederich en Berlin.. Una pena.- Comenté esbozando una sonrisa. Qué mi hermana mayor y yo no nos llevamos bien es un secreto a voces. Harriet es demasiado estirada para mi, y yo soy demasiado vulgar para ella. Estamos en paz.- Dios, siempre he soñado con heredar todo este armario.

- ¿Quién sueña con heredar cuándo te lo puedes comprar tú?- Preguntó Leah aburrida. Leah estaba ansiosa por bajar al recividor e incharse a chamapagne y ligar con algún heredero millonario. Lo normal en fin de año.

- Cuándo se trata de este vestido.- Contesté rotunda. Habia encontrado el vestido. Harriet lo habia llevado en su diecinueve cumpleaños, y cuándo yo se lo había pedido para un gala benefica tres años atras me había dicho que era demasiado pequeña cómo para ponermelo. Cosas de chicas mayores. Aún puedo ver cómo se echo el pelo castaño hacía atras mientras sonreria con superioridad y me arrancaba la percha de las manos.- Llevo enamorada de el desde que los doce años..

- ¿Y me dices a mi de no respirar?- Preguntó Leah alzando una ceja burlona mientras yo me miraba al espejo satisfecha. Ese vestido daba justamente la sensación que yo queria dar.- ¿Esto no tiene nada que ver con cierto chico llamado Ian, verdad?

- No digas tonterias, Leah.- Respondí entre risas mientras mientras me ajustaba el escote del vestido. Vale, puede que todo eso de estar guapa aquella noche fuera por él. ¿Pero y qué? Ian tenia que ver lo que se había perdido. ¿Verdad?- Además no ha sido para tanto... Ya estoy lista, pesada.

Las dos bajamos juntas por las escaleras hasta el primer piso, donde la orquesta tocaba música jazz mientras la flor y nata de Manhattan se relacionaba y parloteaba en mi salón, basciamente invadiendo mi casa. Cómo todos los años, aquello era el mismo aburrimiento elitista de siempre, aunque gracias a Dios, había champagne y camareros con aperitivos riquisimos.

Jo no es nombre de chico(Editando)Where stories live. Discover now