Capítulo dos: Amigos.

868 39 2
                                    

CAPITULO DOS:

Desperté gracias al golpe que me di en mi costado derecho. Abrí los ojos y no entendía nada. Hasta que me di cuenta que estaba en el piso. Me pare y vi la razón por la cual me había caído. Un joven de 17 años, de contextura ancha, flaco, de cabello marrón, estaba desparramado en mi cama, ocupado el lugar que minutos antes ocupaba yo. No tenía ganas de discutir, así que me encerre en el baño. Me lave la cara, me peine un poco y cuando salí, la morsa que antes estaba en mi cama ahora estaba igual, pero con los pies en la cabecera de la cama. Suspire. Con este chico no había caso. Mire la hora. 10 am. ¡¿Qué demonios hacia yo a esta hora despierta?! Bien, si yo no podía dormir, nadie podía hacerlo.

Baje y busque la aspiradora. Dulce venganza. Volví a mi cuarto y enchufe la máquina. La puse al lado de la cama, del lado en el que Mike estaba durmiendo y la encendí en su mayor potencia. El joven que antes estaba acostado, pego un salto con los ojos muy abiertos, sin entender nada.

-Buenos días- dije, con una sonrisa malvada.

-Por el amor a Dios Emily, ¿Qué estás haciendo?- preguntó, muy enfadado.

-Oh nada, estoy limpiando mi cuarto. Ordenando un poco, ya sabes.

-Vos no limpias, ni ordenas- dijo, y se sentó en la cama-. Y si justo dio la casualidad de que tuviste una epifanía por la noche o se te apareció un trapeador hablante, ¿Cuál es la necesidad de hacerlo a esta hora?

-Y yo digo, ¿Cuál es la necesidad de empujarme de mi propia cama?

-Eso fue involuntario- dijo, en un intento de defenderse.

-Lo mío también.

-Ah, ¿sí?- Cruzó los brazos y elevo una ceja.

-Ajá, soy sonámbula, no me juzgues.

-¿Desde cuándo?

-Desde hoy- contesté y me fui de la habitación.

Al regresar a mi cuarto luego de guardar la aspiradora en su lugar, Mike estaba acomodando su cama- que estaba intacta- y la guardo debajo de la mía. Ya estaba cambiado, y ahora ordenaba mi cama. Lo ayude y así estuvimos unos minutos, hasta que terminamos de hacer la cama. Me fui al baño a cambiarme y cuando salí Michael estaba sentado en la cama.

-¿Queres desayunar?- pregunté, mientras abría la puerta.

-Sí claro- dijo con un tono alegre.

Nuestras peleas nunca duraban más de esto.

Cuando bajamos, mi mamá estaba preparando su desayuno, y luego de saludarnos pregunto si queríamos que haga el nuestro también. Luego de unos minutos, los tres estábamos sentados en la mesa. Mi madre tomando un té y hojeando una revista, Mike y yo con nuestras chocolatadas y cereales, sí, teníamos 16 años y tomábamos chocolatada con cereales, discutiendo de que hubiera pasado si Frodo no hubiese elegido llevar el anillo a Mordor. Mi madre se levantó, puso su taza en el fregadero y cuando estaba saliendo de la cocina, sonó el timbre de la puerta. Michael y yo recogimos nuestros platos, los colocamos en el mismo lugar que mi madre y terminamos con nuestra conversación decidiendo que si Frodo no hubiera llevado el anillo, el ejército de Sauron hubiera llegado a la Comarca, destrozado todo y tomado el anillo. Íbamos a empezar a discutir de nuevo cuando mi madre apareció por la puerta con la persona que aparentemente había llamado a la puerta. Mi mejor amiga.

-Con que organizaron una fiesta y no me invitaron, ¿eh?

-Claro que no, este individuo- señalé a Mike- se coló en mi casa.

-Bien que no me lo impediste.

Mi mejor amiga se acercó a nosotros y nos saludó. Luego subimos a mi habitación y me ayudaron a terminar de organizar mis maletas.

Amor de verano.Where stories live. Discover now