Amor de verano.

Capítulo siete: Confusión.

CAPITULO SIETE:

11 de enero.

Querido diario:

Ya paso una semana desde que llegamos y estoy feliz. Es así de simple. Me estoy llevando de maravilla con mi padre, mejor que nunca. Samanta no es tan tonta como pensaba, es un poco idiota, sí, pero cuando superas sus comentarios huecos llega a ser agradable. Sully está como siempre. Callado y en su mundo, leyendo sus historietas. Casi nunca habla, así que pensé en relacionarme un poco más con él, pero no sé cómo. Probablemente le regale una historieta. Y Tyler, bueno… es Tyler. Desde el día en la playa, el de la guerra de arena, tuvimos unos momentos extraños. A veces lo pesco mirándome, y eso me hace sentir incómoda. Intenta ser más amable y menos imbécil, y aprecio eso. Aunque sé que de verdad no quiere eso, él no va a desistir. Lo mejor sería que le busque una novia. Sí, eso haré. Historietas para Sullivan y chicas para Tyler. Nada difícil.

No volví a ver al chico preguntón, y sospecho que se fugó con mi libro. Bueno, no creo que sea un plan muy brillante, pero por ahora es lo único que tengo en mente. El caso es que quiero mi libro, y este chico no me lo está haciendo fácil. Espero que regrese pronto, o me volveré loca. Desde que fui a preguntar por el al puesto de bebidas en la playa, la chica del mostrador me mira mal. Como si estuviese invadiendo su privacidad. Algunas veces tuve ganas de acercarme y decirle: “Oye, sabes que con la mirada no puedes hacer que mi cabeza explote, ¿cierto?” O tal vez “¡Tranquila chica! No quiero sacarte a tu chico, solo quiero mi libro de vuelta”. No entiendo por qué todavía no lo hice, pero supongo que eso solo empeoraría sus ganas de pegarme con un palo. De cualquier manera, quiero mi libro.

Estamos a sábado, y papá organizo la ansiada cena para mañana. Vienen Sam, Mary –su esposa-, Jason y su hijo (el cual todavía no puedo recordar el nombre), Samanta, Tyler, Sully, papá y yo. Creo que va a ser divertido, como Samanta dijo, pero porque no espero a ver la cara de todos cuando conozcan a “Sammie”. No sé qué demonios voy a hacer cuando Jason Jr. (lo nombré así ya que no recuerdo su nombre) entre, porque si no dicen su nombre estoy perdida. Seguro que lo dirán, espero que lo digan. No quise decirle a papá que no recordaba su nombre porque me iba a contar todas las cosas que hicimos de pequeños y su discurso iba a ser más largo que la constitución. Así que decidí hacerme la tonta y hacer de cuenta que se su nombre. Lo sé, muy inteligente mi plan.

Lily sigue decidida de que necesito un “amor” para este verano, y yo le dije que mientras no encontrara mi libro, nadie me iba a hacer de príncipe. Michael logró otra cita con pantalones-ajustados, que al parecer se llama Kate, y según Lily es muy agradable. Hasta que la conozca, va a seguir siendo la chica pantalones-ajustados que se quiere tirar a mi mejor amigo.

Creo que si sigo escribiendo, me voy a quedar dormida y mancharé las hojas con baba. Nadie quiere eso. Así que dado que son las… ¡Jesús, ya son las dos am! Eso quiere decir que hoy será la cena con la familia. Mejor me voy a dormir, aprovecharé que Tyler no empezó con su concierto nocturno. Creo que tantas amenazas sirvieron. De cualquier caso, mientras no ronque, soy feliz.

Dejé mi diario en el cajón de la mesita de luz y apagué el velador. Me acurruqué entre las sábanas y cerré mis ojos.

***

**

*

Había dormido como nunca desde que vinimos. Tyler no roncó ni en una ocasión, y si lo hizo, no lo noté. El caso es que dormí como un bebé, y no desperté hasta las 11 am. En la habitación estaba solo Tyler, y un manojo de sábanas que supuse sería Sullivan. Mientras me dirigía hacia el piso inferior, espié en el cuarto de papá y Samanta, pero no había nadie. Bajé y en la cocina y comedor no había nadie tampoco. Vislumbré una nota arriba de la mesa y la agarré, pero antes de que pudiera empezarla a leer una voz se escuchó detrás de mí.