Capítulo 62 💘

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Dedicado a AngyAguirre16

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Dedicado a AngyAguirre16

No es que yo fuera materialista, ni nada por el estilo. Pero, ¡vamos! Si iba a estar tres días encerrada y me daban el poder de ambientar la habitación a mi gusto, era imposible no dejarme llevar un poco. Bueno, más que un poco.

Sumergí una fresa en la cascada de chocolate mientras veía videos en mi televisor de setenta pulgadas. Aunque todavía tenía la sensación de que pude haber traído uno más grande.

Es verdad que me sentía un poco culpable por sentarme a disfrutar tan descaradamente cuando mi vida pendía de un hilo, pero también había un poco de justicia en todo aquello. Si iba a morir, por lo menos habría disfrutado mis últimas horas.

Me di un golpe mental al darme cuenta la dirección que estaban tomando mis pensamientos.

¡No quería morir!

Todavía tenía mucho que hacer en la vida, aunque ésta fuera un desastre. Por lo menos merecía la oportunidad de despedirme de mis seres queridos, todos los terminales tenían esa posibilidad cuando les daban el diagnóstico. ¿Qué diferencia había conmigo? Yo también sabía cuántos días me quedaban.

No, en realidad no lo sabía. Los tres días solo eran el plazo impuesto por Eros para solucionar el problema.

¿Podría arreglarlo o mi destino estaba sellado?

La cotilla de Nicte debió haberle contado el chisme completo. ¿Qué habían dicho las Moiras sobre mí?

Pensé en mi hogar y sentí un doloroso vacío al pensar que nunca más volvería a pisar las verdes praderas, a pasear por sus caminos de tierra, rodeados de árboles y flores silvestres. Un sinnúmero de rostros se pasaron por mi cabeza, y me detuve en uno.

No podía morir, todavía tenía demasiadas tareas pendientes. Pero había una que podía realizar desde aquí.

Apagué el reproductor y me paré en medio de la habitación.

-¿Afrodita? ¿Estás ahí? -No hubo respuesta-. Oh, gran diosa de la belleza, yo te invoco. -Probé con un tono ceremonial, mas el resultado fue el mismo. Suspiré frustrada y me entregué a la única técnica que nunca me había fallado-. ¡Estúpida diosa con cara de lagartija! Deja de esconderte en tu cueva y ven a...

Ni siquiera alcancé a terminar la frase cuando una divina figura se apareció frente a mí.

Decir que era hermosa se queda corto. ¡Santo cielo! Si hasta yo me habría vuelto lesbiana por ella.

Lo peor era que, a juzgar por si expresión, venía lista para arrancarme los ovarios sin anestesia.

-¿Qué dijiste sobre mi cara, humana fea? -preguntó con notable cabreo.

-Ah... Yo... Es que no te había visto en persona -balbuceé-. En realidad eres muy bonita, la mujer más hermosa que he visto, en serio.

«Y no lo digo porque quiera que rompas una maldición».

Cupido por una vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora