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Escribo esto con miedo porque sé que es la última vez que te escribo y sé que jamás te darás por enterado:

He estado leyendo las primeras cartas que te había estado escribiendo días después de tu partida, hace y nueve años; fui muy idiota al creer que podía llegar a superarte. Han pasado nueve años y aún tengo el mismo sentimiento hacia ti que desde la vez que decidiste partirte de mi vida.

Cariño, me duele saber que ya no estás más, me duele saber que te he perdido definitivamente, siempre me preguntaré desde que momento te comenzaste a alejar de mí, desde que momento tu corazón comenzó a ser de alguien más.

Y es que eso quizá es lo que más duele, saber que ya no eres mío cuando yo aún me siento tuyo. Basta solo con pensarte para que un millón de recuerdos, caricias y promesas lleguen a mi mente como un frenesí incontrolable.

De alguna forma siempre me culpo y no sé por qué, quizá no tenga nada de culpa o quizá sí, eso nunca lo lograré aclarar en mi mente. Pero siento que sí hice algo para alejarte de mí, sólo quería ser un buen y mejor hombre para ti.

Sé que ya no puedo seguir esperándote, no puedo esperar a que vuelvas o a que el destino nos vuelva a juntar. Debo dejarte ir y más que eso debo darme la oportunidad de seguir adelante y ser feliz con alguien más, así como tú lo haces ahora.

No sabes cuánto me gustaría volver a abrazarte una vez más, regresar a aquel abril y decirte lo mucho que te amaba, lo mucho que me gustabas, lo feliz que me hacías.

Volvería a cualquier abrazo que nos dimos. Pero esta vez, te abrazaría fuerte y te diría lo afortunado que soy de tener a alguien como tú en mi vida.

Volvería una y diez mil veces más, solamente para hacer las cosas bien.

Si estás leyendo esto, que sepas que;
A pesar de todo los que nos pasó, nos distanció, sigo deseando con todas mis fuerzas que a tu vida no le esté faltando amor.
Que puedas salir adelante a pesar de los obstáculos.
Que alguien más pueda darte esos abrazos que necesitabas de mí (yo también extraño los tuyos).
Que tengas muchas razones para sonreír, que sigas haciendo las cosas que le encantaban tanto a tu alma.

Así, si alguna vez nos volvemos a cruzar, no seremos extraños.
Guardándonos estas cosas, nos volveremos a cruzar como los niños que alguna vez fuimos.
Y a pesar de las heridas que nos dejamos, podamos despreciarlas frente al regocijo de volvernos a encontrar.

Lo más triste de cada palabra, frase y texto que te escribo es que tú nunca lo verás, nunca lo sabrás. Pero por otro también es bueno, pues yo me libero de esta carga de conciencia que se me adjudica sin yo querer esto...Me hace sentir como si yo tuviera la culpa de todo cuando no es así

Lo que nunca te dije -Ryden-Where stories live. Discover now