Capítulo 4

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¡Adiós, Chicago! 


Irene entró a la casa de golpe con bolsas  en cada mano, mientras que su hermana que estaba detrás de ella, solo llevaba su bolsa y su teléfono en la otra mano, y su hijo no llevaba nada. Ella trataba con todas sus fuerzas cargar con aquel peso, sentía que podía.

  —Me vendría bien algo de ayuda.—Consiguió decir Irene arrastrando las bolsas por el suelo, refiriéndose a Rose.

  —¡Claro, hermana! Lo siento.—Dijo Rose alzando la mirada para ver a su hermana con muy poca fuerza.—Pablo, ayuda a tu madre. ¡Yo le llevaré éste batido a Charlie, qué maravilla!

  —¿No está dormida, Rosie?

  —¡Da igual, se pondrá mejor cuando se lo lleve!—Dijo Rose subiendo a las escaleras, casi como corriendo, se dirigió a la habitación de los dos niños y entró de golpe a la habitación. Encontró a su sobrina sentada en el suelo, cruzada de brazos y con una mirada demandante. En frente de ella, se encontraba el sobre con el mensaje allí dentro. Rose sintió un cosquilleo en el estómago al ver el sobre allí.

  —¿Puedes explicarme...? ¿Qué es esto?—Preguntó Charlotte, viéndola, casi como si no pestañeara.

  —Es un sobre.

 —¡Ya sé que es un sobre, tía!—Exclamó—Lo que me refiero es...Si tú hiciste esto.  

  —Déjame ver.—Dijo Rose tomando el sobre, sacando la carta con cuidado. Una vez hecho esto, lo leyó detenidamente. Charlotte esperó un rato, cuando se sobresaltó causado por el chillido de su tía de felicidad...creía eso.—¡Te aceptaron, entraste, entraste!

  No entiendo ni un chingón.

  —¿Entré a dónde? 

  —A la Academia Marshab, querida, ¡No pensé que ibas a lograrlo! Algo tarde, pero lo hiciste. Tranquila, debes estar confundida.

  —¡Demasiado, diría yo!

 —Pero déjame explicártelo...La Academia Marshab, como dice el nombre, es una Academia, dónde van estudiantes de todo el mundo, los más inteligentes, ricos, prestigiosos, dotados, etc.

  —Qué mal por ellos, porque no tengo ninguna de esas cualidades.

 —Cómo sea, el punto increíble es que te aceptaron.

  —Pero si yo no mandé nada ¡Ni siquiera sabía que eso existía!

 —No te molestes...pero yo mandé la solicitud.

  —Ah, tú.—Dijo Charlotte levantándose del suelo.

  —Es que, princesa. Te veías tan triste, y además querías desaparecer de todo ¿lo dijiste no?

  —Ok...¿Y a dónde voy a desaparecer, si puedo saber?—preguntó cruzando los brazos.

  —A Alemania.

  —¿Espera QUÉ? 

  —Déjame terminar, tienes que confirmar el mensaje, en la página oficial del Marshab y pagar todo esto incluido el pasaje de avión. Ésa Academia es enorme, hay habitaciones, cafetería, salones enormes, es increíble, además que emplea muchas cosas electrónicas. Cariño, te están dando la oportunidad de tu vida, ahora te toca a ti, aceptar e ir a mejorar tu vida.

  — Yo ¿sola?—Preguntó Charlotte arrugando la frente.

 —Por supuesto que no, los profesores allí, son comprensibles y amables. Sé que da miedo, pero, recuerda: A pesar de que el miedo te mantiene vivo, es también el que nos impide lograr nuestras metas.—Le dijo Rose a su sobrina colocando sus manos sobre sus hombros.—Pero depende de ti aceptar.

Academia Marshab {Volumen 1}Where stories live. Discover now